a semana pasada circularon en las redes críticas negativas sobre uno de los carteles de la campaña para la prevención del embarazo de adolescentes de comunidades indígenas y afromexicanas, como parte de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo de Adolescentes (Enapea), que se difunde desde agosto de 2021 de manera interinstitucional y desde la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (Conapo), de la cual soy titular. En el cartel, la ilustración de una adolescente rural rehúsa acceder a una cerveza exclamando ¡Yo decido evitar riesgos! Debo explicar que de ninguna manera se pretendió limitar los derechos de las mujeres y mucho menos revictimizarlas; sin embargo decidimos bajar el cartel, porque así lo interpretó buena parte de seguidores de las redes sociales, a quienes debemos escuchar. Vamos a construir un mensaje más claro, que no se preste a confusiones y permita prevenir embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS) por encuentros sexuales bajo el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, entre adolescentes menores de 18 años. El cartel se subió a redes de manera aislada, pero es parte de un conjunto de carteles dirigidos a los adolescentes, cuyos ejes son fortalecer la autonomía física de las mujeres: ¡Yo decido sobre mi cuerpo y mi vida sexual!
; las masculinidades positivas: ¡Porque soy hombre, yo la respeto!
; la corresponsabilidad de los hombres en la vida sexual y reproductiva: ¡Yo decido usar doble protección!
(él, condón masculino y ella, uno hormonal); la maternidad voluntaria: ¡Yo decido si quiero o no ser madre!
; el plan de vida: ¡Yo decido mi futuro y el de mi comunidad!
En México, ha recibido poca atención la relación del consumo excesivo de alcohol y otras drogas (las primeras son las de uso más extendido) con embarazos no deseados. La evidencia internacional ha demostrado que ese tipo de consumo facilita prácticas sexuales de riesgo que pueden incrementar los embarazos no deseados y el contagio de ITS, incluyendo el VIH (Salas Wright et al., 2015; Walker y Holtfreter, 2021; Calatrava et al., 2012; Castaño et al., 2012; Royuela et al., 2015).
La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes realizada en México (Encode, 2014) reportó que en el año anterior a la consulta, la prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas de niños estudiantes de secundaria fue de 24.3 por ciento y de 24 en las mujeres estudiantes de este nivel escolar. Entre estudiantes de bachillerato (menores de 18) el consumo de estas bebidas fue de 56.5 por ciento de los hombres y de 52.1 por ciento el de las chicas. Las mujeres tienen prevalencias menores que los hombres; sin embargo, su consumo excesivo ha ido en aumento. Hace 30 años el consumo excesivo de alcohol (cinco copas o más) en los niños y adolescentes de 12 a 17 años pasó de 13.4 a 15.7 por ciento, y en las niñas y adolescentes pasó de 5.3 a 13.3 por ciento (Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, Encodat 2016-2017). Las mayores prevalencias en el mundo de consumo de alcohol en adolescentes de 15 a 19 años se registran en las regiones de Europa (69.5 por ciento), América (52.7) y el Pacífico occidental (37.3) (OMS, 2014).
Un estudio realizado en la Ciudad de México encontró que las relaciones sexuales sin protección son tres veces más frecuentes entre las mujeres consumidoras de alcohol y otras sustancias sicoactivas que entre las no consumidoras, lo cual incrementa la posibilidad de embarazos (Villatoro et al., 2009). Estimaciones de la Secretaría General del Conapo basadas en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSaNut 2018) señalan que entre adolescentes de 15 a 19 años que tuvieron relaciones sexuales en los últimos tres meses y que consumieron alcohol, 27 por ciento de ellas no empleó métodos anticonceptivos en su último encuentro sexual, tampoco lo hizo 18.2 por ciento de los hombres.
Ante esas evidencias, en la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea) se incluyó la prevención de prácticas sexuales de riesgo de embarazo e ITS por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y otras sustancias sicoactivas. Se busca fortalecer los comportamientos preventivos en la vida sexual y reproductiva de los adolescentes, para que todo encuentro sexual sea consensuado, así como moderar el consumo de bebidas alcohólicas en general, así como sensibilizar a padres, madres, tutores, personas cuidadoras, docentes y líderes comunitarios. Además, se fortalece la educación integral de la sexualidad, acorde con la reforma al artículo tercero constitucional de mayo del 2019 y al interés superior de la niñez, a través de la capacitación de docentes y la inclusión de temas emergentes en los planes y programas de estudios, y materiales educativos de nivel básico y medio superior que diseña actualmente la SEP, como la autonomía corporal y los derechos sexuales y reproductivos de niñas, niños y adolescentes, disminuir el embarazo de adolescentes y erradicar las uniones, la maternidad infantil, las violencias sexuales y de género, la formación de masculinidades positivas y promover la doble protección anticonceptiva, entre otros.
El lema de la segunda campaña dirigida a adolescentes indígenas y afromexicanas es Yo decido mi futuro y el de mi comunidad
, y con el lema Yo exijo respeto
se alerta a las niñas y adolescentes para identificar y detener cualquier intento de abuso, así como sensibilizar a madres, padres de familia, docentes y autoridades ante casos de abuso sexual infantil: ¡Escucha, protege y denuncia!
*Secretaria general del Conapo
Twitter: Gabrielarodr108