Bogotá. Poco más de 39 millones de colombianos se preparan para escoger hoy al nuevo presidente que gobernará el país los próximos cuatro años, en medio de una profunda polarización alimentada por el estallido social derivado de la inequidad, la pobreza, la inseguridad en las ciudades y la violencia en el campo.

Esperando que esta vez sea la vencida, el izquierdista Gustavo Petro, del Pacto Histórico, competirá por tercera ocasión en busca de la presidencia, ahora con la posibilidad más clara de ganar, ya que lidera las encuestas sobre intención de voto.

El ex guerrillero y actual senador enfrenta como principal rival al centroderechista Federico Fico Gutiérrez, segundo en los sondeos, y quien lucha para evitar ser asociado con la derecha tradicional, con la coalición Equipo por Colombia, y el estigma de representar la continuidad del actual gobierno de Iván Duque y de tener el respaldo encubierto del poderoso ex presidente Álvaro Uribe.

En el tercer lugar aparece el independiente Rodolfo Hernández, quien con su discurso de lucha contra la corrupción como principal bandera, aspira a dar una sorpresa tras su acelerado repunte en los sondeos.

De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil, en Colombia 38 millones 29 mil 475 ciudadanos podrán sufragar en 100 mil 809 mesas, que se instalarán en 12 mil 263 casillas: 5 mil 174 en el área urbana y 7 mil 89 en el área rural.

En el exterior, 972 mil 764 colombianos están habilitados para votar en mil 343 mesas, distribuidas en 250 puestos de votación de 67 países; éste proceso comenzó el pasado día 23.

El magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), Luis Guillermo Pérez, exhortó ayer a todos los electores a salir a ejercer su derecho al sufragio. Las representaciones de Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea en esta nación pidieron por separado que la jornada electoral se desarrolle en un ambiente de respeto y libre de violencia.

De cumplirse los pronósticos de las encuestas, es reducida la posibilidad de que alguno de los candidatos logre el triunfo absoluto en las elecciones del domingo con más de 50 por ciento de los votos, por lo que los dos primeros irán a un balotaje el 19 de junio.

Desafíos urgentes

Sin importar quién gane, el próximo presidente enfrentará desafíos para sacar adelante sus propuestas y realizar las reformas que requiere la cuarta economía de América Latina destinadas a ordenar sus finanzas, reducir la pobreza, combatir la violencia asociada al conflicto interno, el alto desempleo y cubrir las necesidades de la población.

Al menos mil 327 líderes sociales y comunitarios han sido asesinados en el país cafetero desde la firma del pacto de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en noviembre de 2016, reportan cifras de la organización Indepaz, en una ola de violencia convertida en uno de los principales desafíos a batir para quien se haga con la victoria en las elecciones presidenciales que comienzan hoy.

Petro, impulsado por los triunfos de la izquierda en países de América Latina como México, Perú y Chile, mantiene un discurso que exacerba a inversores, empresarios y parte de la población por los efectos que tendrían sus propuestas sobre la estabilidad macroeconómica del país.

Entre sus principales planes están una ambiciosa reforma fiscal que acopie 13 mil 500 millones de dólares, elevar 5.5 puntos del producto interno bruto (PIB) anuales adicionales, que saldrían de impuestos a los más ricos para destinarlos a gasto social.

El pasado día 21, Petro advirtió que sectores de derecha tienen pensado suspender las elecciones, en referencia a los rumores de que el registrador nacional, Alexander Vega, responsable de convocar y organizar los comicios, sería retirado de su cargo.

Vega es cuestionado por las fallas en el conteo preliminar de votos en las elecciones legislativas de marzo.

El candidato declaró que se trataba de un un golpe a los comicios y convocó a una reunión de urgencia a las campañas de sus principales contrincantes, quienes declinaron la invitación.

Por su parte, Gutiérrez plantea una reforma tributaria progresiva por unos 2 mil 500 millones de dólares, otras pensional y laboral para promover el empleo, al tiempo que apoya la continuidad de la exploración de petróleo y carbón, los dos productos que más divisas le generan al país por exportaciones.

Su programa tiene un marcado énfasis social para contrarrestar las propuestas de Petro y calmar a los ciudadanos, mientras incluye otros temas como la seguridad y la economía de libre mercado.

Colombia es uno de los países más desiguales del continente, con 21 millones de pobres, mientras que más de la mitad de las tierras está en manos de una minoría privilegiada que no alcanza 2 por ciento de la población. Sufre, además, la trampa mortal para los campesinos, que ahogados por las políticas neoliberales y de libre comercio, recurren a los cultivos ilícitos de coca, controlados por grupos armados.

La desigualdad en el reparto de las tierras es la razón principal por la que nació un conflicto armado que ya va para seis décadas. Uno de los temas cuando se inició la negociación entre el gobierno del entonces presidente, Juan Manuel Santos, y la guerrilla de las FARC, abordaba esta cuestión.