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The Strokes ofrece en México un concierto de recuerdos
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▲ La banda estadunidense durante su concierto en el Foro Sol.Foto cortesía Ocesa / César Vicuña
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de mayo de 2022, p. 6

Julian Casablancas salió al escenario del Foro Sol al menos contento. Durante casi dos horas, no sólo interpretó exitosamente algunas de las canciones más queridas de The Strokes, sino que además se le veía con ganas de interactuar con su público. Casi entre cada canción, el vocalista aprovechaba las pausas para decir algo; incluso si ese algo tenía poco sentido, o fungía de pretexto para presentar el próximo tema que haría resonar el antiguo estadio de beisbol.

Ahora el cantante tiene 43 años, 23 más que a finales de los noventa, cuando The Strokes comenzaba a ensayar y a hacer sus primeros temas en Nueva York. En poco tiempo, Casablancas y su banda no sólo lideraron el estilo de música que se apoderaría de la primera década del siglo XXI, sino que también lograron insertar sus canciones como la banda sonora de varias generaciones de jóvenes en todo el mundo.

Reúne a más de 50 mil personas

La noche del jueves, en uno de los tantos conciertos que se vuelven a celebrar en la Ciudad de México, la agrupación neoyorkina logró reunir a más de 50 mil de esas personas. Tal vez por eso las canciones que más sonaron no fueron las de The new abnormal, el álbum al que la pandemia interrumpió, y al que tocaba el turno para ser interpretado en vivo. Lo que se escuchó en cambio condensa una buena parte de los temas de The Strokes que más cariño han acumulado.

Antes de la salida de The Strokes, el canadiense Mac DeMarco y la banda The War on Drugs habían estado sobre ese mismo escenario, así que desde la tarde la música ya establecía una atmósfera que llegaría a su clímax cuando los neoyorkinos finalmente, y una vez más, se encontraran de cara al público chilango. Pero las expectativas entre los asistentes eran diversas. Para algunos las pasadas actuaciones de la banda, especialmente aquella de Monterrey, habían sido más bien decepcionantes; mientras otros confiaban en que nostalgia e interpretación estarían a la misma altura.

Cuando detrás del escenario aparecieron las letras plateadas con las que se forma el símbolo de The Strokes, los gritos enérgicos comenzaron a resonar en el foro. Tras un inicio con Bad decisions vino Juicebox, a lo que el público correspondió saltando y agitando la cabeza con frenesí. Entre esas personas abundaban los adultos jóvenes, algunos de los cuales llevaban ya a sus hijos, pero ocupando los puestos más cercanos a los músicos, también había adolescentes.

La banda y el público trazaron una energía guiada por las canciones de The Strokes. Temas como New York city cops y Heart in a cage hicieron cantar y gritar a miles de personas, mientras que melodías lentas como Under control fueron acompañadas con lucecitas blancas que brotaron de gradas y pista para acompasar con el ritmo parsimonioso de la canción. Poco antes del turno de Reptilia, la guitarra de Nick Valensi pasó por dificultades aparentemente técnicas. Y Julian, con trago en mano, preguntó al guitarrista, tal vez con ironía: ¿De verdad estás tocando, Nick?. Pronto la música volvió.

En tanto, Casablancas se tomaba su tiempo. Antes de continuar, pronunciaba algunas palabras para manifestar alegría, agradecimiento, o bien, ponerse de acuerdo con alguno de sus compañeros. Dos veces, cuando el bajista Nikolai Fraiture, y más tarde el guitarrista Albert Hammond Jr, anunciaron que se aproximaba la última canción, Julian manifestó su rechazo. Incluso diciendo que quería tocar muchas canciones más.

En el último tramo, clásicos como Someday, You only live once y Take it or leave it mantuvieron el ritmo alto, frente a un fondo que desde el principio del concierto había estado proyectando figuras geométricas y vectores color neón.

El final llegó tras veinte temas. Poco después de la medianoche, sólo quedó al fondo del escenario el logo de la banda, brillando frente a miles de personas con los rostros y los oídos satisfechos.