Esperaba entre ayer y hoy respuesta
Viernes 20 de mayo de 2022, p. 8
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador confía en el liderazgo que puede asumir su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, para encabezar el viraje en las relaciones en América, estimó que alcanzar un acuerdo de esta naturaleza es complicado.
Tras la videollamada que tuvo el miércoles con el senador Christopher J. Dodd, asesor de la Casa Blanca para la novena Cumbre de las Américas, por primera vez el mandatario reconoció la dificultad para concretar esos nuevos horizontes, por los que él se ha pronunciado desde hace meses.
Le tenemos confianza y afecto al presidente Biden, y queremos que se tome en cuenta la propuesta de no excluir a nadie (que encabezó López Obrador y a la que se han sumado otros mandatarios del continente). Es el momento de un gran viraje, de empezar una nueva etapa en las relaciones de los países de América. Va a ser un ejemplo para el mundo y sólo puede hacerlo el presidente Biden; por eso no descarto la posibilidad de que se logre este acuerdo. Desde luego no es nada fácil
, apuntó durante su conferencia mañanera.
Dijo que la respuesta de Washington a su planteamiento la esperaba entre ayer o este viernes, aunque no quiso adelantar si ha cambiado su postura de no asistir a la cumbre –se realizará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles–, en caso de que insista en excluir a los países con los que tiene desacuerdos políticos (Cuba, Nicaragua y Venezuela).
López Obrador dijo que la plática con Dodd se caracterizó por un ambiente de respeto, aunque las definiciones para el eventual nuevo orden en el hemisferio no son sencillas.
“Son cuestiones muy complejas, porque son cambios de políticas viejas, que datan de más de dos siglos y que se alentaron con la guerra fría, pero tenemos que relacionarnos de manera distinta en América y en el mundo, hacer a un lado la confrontación y la guerra, y buscar la relación de amistad de los pueblos para evitar que por las malas decisiones de los políticos sufran nuestros pueblos”.
Destacó que los líderes continentales están obligados a actuar con responsabilidad, pues en ocasiones las diferencias se dan por asuntos totalmente intrascendentes. Los políticos o los grupos de intereses creados las sitúan por encima de todo; las elevan a rango supremo, y por lo general tienen que ver con lo ideológico, lo dogmático y el fanatismo
.
Consideró que en la coyuntura actual, es necesario que los 35 países del continente se concentren en alcanzar los nuevos acuerdos en sus relaciones y den el ejemplo al mundo. “Ni siquiera hablo de la expresión de José Martí en Nuestra América –ensayo en el que se refiere a la unión y soberanía de los pueblos latinoamericanos–, sino de todo el continente americano”.