Miércoles 18 de mayo de 2022, p. 8
Durante 16 años, la Escuela de Música del Rock a la Palabra (EMRP), dirigida por Guillermo Briseño, se ha encargado de formar gratuitamente a jóvenes músicos mediante una idea: nuestra escuela es pública y de excelencia; puede venir quien quiera
, enfatizó el músico.
Ahora, esa forma de transmitir un gusto y una manera de hacer música contará con una certificación como técnico profesional en los dominios de la guitarra y el bajo eléctricos, la batería, el piano y la voz.
La Escuela del Rock tenía desde sus inicios una concepción distinta a la que imperaba en las instituciones de enseñanza de la Ciudad de México, cuando Briseño todavía estaba dando forma al precepto de formar a músicos con una perspectiva distinta. No tengo nada en contra de la gente del comercio pero es otro perfil, el enfoque de la música para que sea comercial, para que ganes lana y te vaya a todo dar
, explicó.
Por entonces había una campaña de Briseño que decía: preparamos a los músicos para que tengan el nivel esperado a fin de que puedan enfrentar a las fuerzas del mercado
. Pero decidió hacer lo contrario: vamos a hacer que los músicos toquen lo que les dé la gana, pero muy bien, y a ver cómo le hace el pinche mercado para fijarse en ellos. Entonces en eso estamos
, contó.
De ese modo, la EMRP abrió sus puertas. Queríamos que entrara todo el mundo; sin embargo, las limitaciones, así como el nivel y número de aspirantes dificultó ese propósito. Dar cabida a los que mostraban una lucidez evidente y no había derecho a retrasarlos. Entonces la institución tomó su camino de escuela de especialidad gracias a esos chavos
, explicó el director.
Más que estar abocada a un género, la institución promueve una postura. Nosotros le pusimos Escuela de Rock, pero es muy ambigua; por eso aquí se cultiva el blues y el gospel, para que estén los nutrientes fundamentales, pero cada quien le incorpora, por ejemplo, su carácter mexicano
, indicó el músico.
Tocar y componer bien
De esa forma, más que enseñar a dominar un instrumento en lo técnico, la institución convoca a tocar y a componer bien, y sobre todo a pensar y a reflexionar
, detalló.
El nuevo carácter otorgado a la formación que brinda la EMRP, avalado por la Secretaría de Educación Pública, también contrasta con la historia del rock en México, donde el género llegó a estar prohibido.
“Y no creas que con esto ya la hicimos, con esto conseguimos que el aparato educativo diga: ‘la palabra rock existe’”, puntualizó el músico.
Para lograr la certificación de sus cinco especialidades no sólo hizo falta tiempo, el trabajo de la encargada del departamento académico, Verónica Mendoza, fue indispensable para conseguir dicho logro. Nos tardamos 16 años, pero cuando se trabajó así, duro, fue desde que esta señora se hizo cargo de la dirección académica. Entonces se volvió serio, y una artesana de estos quehaceres es Verónica
, reconoció y agradeció Briseño.
Aun sin un documento oficial que avalara la formación de los estudiantes de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, Guillermo considera: nuestros alumnos son gente que está produciendo un efecto de monitor, de reproducción de valores y de cosas que en esta escuela se cultivan
.
La EMRP forma parte de un proyecto de educación de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Su titular, Claudia Curiel de Icaza, reconoció la importancia de la escuela. No es menor que hoy se presenten cinco certificaciones técnico-profesionales, es un logro muy importante, porque esto es uno de los pasos hacia donde vamos
, dijo la funcionaria.
No es necesario estudiar música 10-15 años en un conservatorio para que seas reconocido como músico, como un actor importante en la gestión, en la actividad cultural
, enfatizó la funcionaria.
Desde sus inicios, 12 generaciones han pasado por la Escuela de Música del Rock a la Palabra, de las cuales dos egresaron durante la pandemia, pues la institución educativa nunca paró actividades. Briseño también celebró: el rock está ahí desde antes que esta escuela existiera. No somos los inventores del rock, pero contribuimos a que se ponga chido, eso sí
.