Tras ser pospuesta un año, reabrirá sus puertas con el título La leche de los sueños
Miércoles 20 de abril de 2022, p. 5
Florencia. La Bienal de Venecia abrirá sus puertas al público del 23 de abril al 27 de noviembre –después de haber sido pospuesta un año por la pandemia– con el título La Leche de los sueños, inspirada en el homónimo libro para niños de Leonora Carrington. La curaduría es de la italiana Cecilia Alemani, radicada en Nueva York, directora y curadora en jefe del High Line Art, el parque urbano elevado en una ex ferrovía de Nueva York. En 2017 fue la curadora del Pabellón de Italia y en 2018 trabajó en un proyecto en Buenos Aires para el Art Basel Cities. Ha participado también como artista independiente en diversos proyectos. Es esposa de Massimiliano Gioni, curador él mismo de la Bienal de Venecia en 2013. En entrevista para La Jornada por Zoom desde su estudio en Nueva York, Alemani comparte algunos de los aspectos que caracterizan su exposición.
– ¿Por qué ha dedicado 90 por ciento de la muestra a artistas mujeres?
– La exposición se basa en el pensamiento posthumano de filósofos y pensadores como Rosi Braidotti, que critican la hegemonía del varón blanco occidental. Por ello he incluido tanto a artistas mujeres como de género no binario. Italia es un país que dista mucho de ser equitativo en sus exposiciones y eso me indigna. En los 100 años de historia de la bienal, menos de 10 por ciento eran artistas mujeres, mientras en los últimos 20 años se incrementó aproximadamente a 30 por ciento, lo cual es lejos de ser una representación del mundo objetiva, ya sea numérica como artísticamente hablando. Nadie protestaba entonces que era una bienal de hombres. No es que me haya sentado en la mesa pensando en incluir sólo mujeres, simplemente invité a las artistas que me parecían más interesantes. Espero que la muestra sea valorizada por señalar estos lenguajes artísticos de gran importancia.
– ¿Porqué eligió el cuento Leche del sueño de Leonora Carrington para titular su exposición?
– Porque fue una artista que me influyó. Me inspiró no sólo su sofisticación artística y literaria, sino la complejidad de su persona. Me cautivó su libertad para describir un mundo sin jerarquías donde cada uno puede cambiar y transformarse. Fue una artista que luchó por su libertad y reaccionó a las limitaciones de identidad y género, socavando en su obra los clichés. Considero que la introspección, la fantasía y la imaginación sean herramientas para leer nuestro tiempo hoy en día, sin necesidad de usar un lenguaje declamatorio o abiertamente político. No quiero tampoco mitificar a Carrington, porque fue en realidad una artista reservada e internacionalmente poco conocida hasta su muerte.
– ¿Cómo conoció la obra de Leonora Carrington?
– La conocí hace tiempo, pero fue en la exposición de la galería Wendi Norris de San Francisco (en su sede de Nueva York) cuando pude apreciarla realmente. Es increíble pensar que una pequeña galería tuviera obras maestras hace sólo tres años. El MoMA compró, entre otras obras, Y entonces vimos a la hija del Minotauro (1953), lo que demuestra cómo los museos intentan ahora cubrir sus carencias. Los libros de Carrington, en cambio, los empecé a leer con la preparación de la exposición.
– A lo largo de la muestra se encontrarán cinco cápsulas
de arte del pasado, que son pequeñas exposiciones con temas específicos que idealmente dialogan con los artistas actuales. Una de las cuales estará dedicada al surrealismo…
– Sí, es la muestra sobre la metamorfosis. Las cápsulas funcionan por analogías y así, junto a los surrealistas, incluí lo que estaba sucediendo en los mismos años 1920 y 1930 en Nueva York, como fue el llamado Renacimiento de Harlem, un movimiento muy importante no sólo en las artes visuales, sino en la música y el teatro.
La presencia de América Latina me parece bastante reducida, sólo una decena de artistas vivos y unos cinco de los históricos de entre más de 200 creadores presentes, lo cual corresponde a 5 por ciento de la muestra.
Pienso que en realidad sean diversos los artistas de América Latina. Soy una gran admiradora de esa región y he trabajado mucho en Argentina. Si alguien me preguntara cuál es el área más interesante de los últimos 10 años, diría que es esa. Me resulta además familiar y por eso me fue más fácil identificar a los artistas. Visité la Bienal de Sao Paolo, que me encantó. América Latina tiene un sistema de museos, galerías, academias y escuelas internacionales que facilitan la investigación y la información. Soy una gran aficionada y, de hecho, un día me gustaría hacer otro proyecto en Sudamérica.
– ¿Qué le interesó de las obras de los dos artistas mexicanos que eligió?
– Felipe Baeza es un artista muy joven que muy poca gente conoce y al que admiro mucho y cuya obra era muy compatible con la muestra. No son propiamente cuadros, sino collages, obras sobre papel, difíciles de definir, son increíbles viéndolas en vivo. Lo vi hace dos años durante Frieze de Los Ángeles antes de la pandemia, y me llamó la atención su capacidad de cruzar temas políticos como la idea del cuerpo migrante, pero también la idea del género, del cuerpo queer en obras que son muy atractivas a nivel visual. Crea una conexión con todo sin tener que ser políticamente explícito, pero combina la idea del cuerpo y de la metamorfosis de una manera muy poética y noble. Me parece que es uno de los artistas más interesantes que trabajan ahora mismo fuera del mercado del arte.
De Roberto Gil de Montes, había visto una exposición suya allí también, y me parece muy interesante en su conexión con el realismo mágico, esta idea de fabulación en una clave ligera y queer que mira a la tradición europea y renacentista para insertar un elemento de perturbación. Me pareció una artista muy fresca para los temas que ocupaban la exposición.
– Su exposición no incluye videojuegos, moda o animación como diversos museos internacionales están dedicando, mezclando lenguajes altos y bajos.
– Mi interés se ha centrado en las artes visuales. A primera vista será una exposición bastante tradicional, aunque incluí objetos y personajes de otras disciplinas como, por ejemplo, las escritoras Joyce Mansour y Ursula Le Guin, la doctora Aletta Jacobs, la naturalista y botanista Maria Sibylla Merian, una pionera que inspiró a artistas y ecologistas.
– Tampoco habrán NFT…
– Me parece que a nivel de funcionamiento sean interesantes, pero no a nivel visivo para la fruición de la exposición.