n la lucha sindical se tiene enfrente no sólo a un enemigo de clase, que es la patronal, también lo son aquellos compañeros y compañeras que no se identifican con las causas del proletariado. Detrás de la poderosa patronal, están los intereses de las grandes empresas nacionales y también de las extranjeras, las que marcan el volumen de la producción, pero también la intensidad de la represión a quienes se movilizan para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo.
El resultado, ampliamente conocido, es el acaparamiento de las utilidades del sector empresarial y las irrisibles ganancias para los trabajadores.
Terminar definitivamente con este modo lesivo para la base trabajadora es fundamental para avanzar con la transformación de las relaciones laborales dañinas.
El capital extraordinario que obtuvieron los adueñados del trabajo obrero, no hubiera sido posible sin el permiso de los gobernantes. La protección y favoritismo que recibió la élite industrial dio inicio desde muchos sexenios atrás. Sin embargo, fue con el gobierno de José López Portillo cuando las dádivas se convirtieron en una forma de relación oficial con las organizaciones comerciales y de servicios, así como con las grandes empresas corruptas y explotadoras que han sometido a los trabajadores y han hecho de los sindicatos, sus cómplices. Romper con esta práctica de favoritismos es también, una materia pendiente y prioritaria para la Cuarta Transformación de la nación.
Tal desorden y sistema de injusticias, son el objetivo a erradicar. Buscamos una transformación de fondo, sin privilegios para los potentados y con sueldos dignos para todos los agremiados.
Faltan múltiples asuntos y problemas que resolver. La proliferación del narcotráfico, los secuestros, los feminicidios y los asesinatos selectivos. El periodismo independiente ha sido golpeado por ejercer la libertad de prensa, además de las prácticas de los huachicoleos de todo tipo.
A partir del primero de julio de 2018, después de siete sexenios, tenemos una segunda oportunidad de construir un camino común hacia la transformación.
Al comienzo del sexenio el presidente López Obrador, inicia su mandato con acciones inmediatas para allanar el camino hacia la Cuarta Transformación. Cierra, las fugas de dinero por los abusos en el manejo de las finanzas, no sin recibir una retahíla de críticas de la oligarquía nacional, sin proponer alternativas, así como los calificativos sin contexto alguno. No obstante, la vida política, cívica, económica y social, será otra.
Un día tras otro, desde el inicio del presente gobierno se han propuesto soluciones y se han resuelto problemas graves, como la llegada de la pandemia covid-19. Pese a no contar con un sistema de salud adecuado para enfrentar este tipo de eventos, sin disponer de una vacuna propia, lo que obligó a la movilización para conseguir los biológicos que se empezaron a producir en otros países.
Los avances de los proyectos en el sexenio son difundidos a escala nacional mediante la conferencia matutina. Y, además, se ha dado a conocer la historia de saqueos silenciosos de nuestros recursos naturales. Con los medios de difusión tradicionales televisoras y periódicos, no se cuenta, casi todos están a favor de las empresas privadas y de los intereses de la oligarquías nacionales y extranjeras.
Por esta razón, la información directa del Presidente y su gabinete han beneficiado a la población. Las redes sociales de comunicación han jugado un papel de gran importancia para evitar el bloqueo informativo.
De esta forma, a través de las conferencias diarias, nos hemos enterado de las irregularidades en la economía y en la política financiera de sexenios anteriores.
Por ejemplo, la reforma eléctrica presentada por el presidente López Obrador tiene la finalidad, entre otras, de rescatar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Pero también es importante esta ley para resguardar los yacimientos de litio en el país. El consenso de los laboratorios de ideas ( think tanks) de Estados Unidos ha difundido el rechazo a la propuesta de AMLO y el apoyo a las empresas extranjeras.
Una acción más en contra del gobierno de López Obrador es la insistencia de que el Tren Maya es un atentado en contra de la selva del sureste. Ninguna demanda para detener la obra ha sido válida técnicamente hablando, ya que se ha cumplido con los requisitos para resguardar el entorno y para beneficiar a la población local.
Y, qué decir de la rehabilitación de las seis refinerías, la compra de una ubicada en Texas, y otra a punto de terminar su construcción en Tabasco. Los argumentos en contra no son válidos, pues se trata de defender la soberanía energética nacional.
Asuntos acerca de la seguridad social, del sistema educativo, del sistema judicial, hasta el electoral, todos son urgentes. No obstante, el apoyo para el desarrollo económico, científico, político, cultural, deportivo y demás sectores para el crecimiento y bienestar de la población, están en camino de solucionarse.
La pregunta inicial fue ¿por dónde empezar? Todos los asuntos nacionales son urgentes. Sin embargo, ya iniciamos la Cuarta Transformación.