Jueves 14 de abril de 2022, p. 7
Tras dos años de elaborarlo en modo virtual por la pandemia de Covid-19, diversos recintos culturales de la ciudad de México y del país retomaron este 2022 los montajes presenciales del tradicional altar de dolores acostumbrado en la Semana Santa, Grande o Mayor.
Entre los espacios que lo colocan se encuentran algunos de la red de museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como el de El Carmen y el Nacional de las Intervenciones, en la capital del país, y el Regional de Guadalajara.
El altar del Museo Dolores Olmedo, uno de los más vistosos e importantes, esperará un año más, debido a que el recinto permanece cerrado por la contingencia sanitaria.
El del Museo de El Carmen, con una larga tradición de altares de dolores en Semana Santa, forma parte de la muestra El dolor de la Virgen, abierta el 7 de abril en el anterrefectorio y el refectorio de ese recinto, ubicado en avenida Revolución 4 y 6, colonia San Ángel.
La exposición reúne 52 piezas, entre pinturas y esculturas de artistas novohispanos y actuales, cerámicas, ceriesculturas y fotografías, pertenecientes a las colecciones de Fomento Cultural Banamex AC, el Museo Vizcaínas, el Templo del Carmen, la Cerería de Jesús y el propio Museo de El Carmen. Revisa los componentes estéticos y la tradición ligada al culto mariano, a la vez que propicia la reflexión sobre la pérdida y el duelo, emociones profundamente humanas.
Como parte de las actividades paralelas, el recinto ofrece una visita guiada el domingo, a las 12 horas, a cargo de la investigadora Daniela Alcalá, con cupo para 30 personas, previamente registrados en el correo [email protected].
A la par, se realizará el taller La primavera, el conejo y los huevos de Pascua, en el que niñas y niños buscarán estos objetos tradicionales en el jardín del museo. Cupo para 50 participantes, con registro previo en [email protected].
Por su parte, el altar del Museo Nacional de las Intervenciones (en la calle 20 de agosto s/n, en San Diego Churubusco) fue inaugurado el 8 de abril con el título Una tradición que perdura. Su objetivo es explicar la historia de esta práctica religiosa, los elementos que la conforman y su respectivo simbolismo.
El sufrimiento de María
Abierto hasta el 15 de mayo en el Portal de Peregrinos, tiene como principal protagonista la reproducción de la pintura del siglo XVII Virgen dolorosa, de autor desconocido, cuyo original pertenece a la colección del museo. Al pie del montaje se encuentra un tapete hecho con semillas y serrín, cuya figura, de un corazón atravesado por siete puñales o dagas, representa el número de dolores de la Virgen.
Estos son: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida del niño Dios en el templo, cuando Jesús y María se encuentran en el camino a la cruz, cuando Jesús muere crucificado, cuando es bajado de la cruz y puesto en brazos de su madre y cuando es sepultado.
Otros de los espacios donde se montarán altares de dolores serán la Basílica de Guadalupe, en La Villa, y en el marco de la Flor más bella del ejido, en la alcaldía de Xochimilco, donde se coloca en la Casa del Arte. Al interior de la República, se instalarán en el Centro de las Artes de San Luis Potosí; en el Museo de Guadalupe, en Zacatecas; el Museo regional de Guadalajara, en Jalisco; el Museo Casa Allende, en Guanajuato; Museo del estado de Michoacán y Casa de la Cultura Puebla, entre otros lugares.
La conmemoración religiosa a la Virgen de los Dolores es una tradición que en México se remonta a la época virreinal, heredada de las culturas europeas. Un viernes antes de Semana Santa solían levantarse ricamente ornamentados, no sólo en las iglesias, sino también en los hogares devotos, dedicados a la Virgen María y sus dolores, como recuerdo de los sufrimientos que experimentó durante la vida y la crucifixión de Jesús, su hijo.
Los altares dolorosos, también llamados Incendios, por el reflejo de los elementos dorados y las luces emanadas de las velas, están llenos de simbolismos que aluden a la pasión de Cristo y las penurias de su madre. El motivo principal del altar es la imagen mariana, ya sea en escultura o pintura.