Alicia y sus maravillas
bril es mes de las flores y de los niños, todos deberíamos tratar cada día de hacerlos felices; deberíamos cumplir la obligación de arrojar luz sobre sus sufrimientos y carencias, y pensar en la tragedia que para muchos significa nacer en este país. En fin…
Alicia para niños, en la versión de José Emilio Pacheco, editado por Era, es un hermoso regalo para cualquier menor y debería estar en cada aula del país.
A más de siglo y medio de su pUblicación, Alicia en el país de las maravillas sigue siendo fascinante.
Con el afán de divertir a una niña de 7 años, Alice Liddell, un joven profesor de matemáticas en la Universidad de Oxford, Charles Dodgson, escribió este cuento en 1862, con el seudónimo de Lewis Carroll. Nunca imaginó que su cuento, publicado en 1865, se convertiría en una de las narraciones más leídas de todos los tiempos.
A fines del siglo XIX, el propio Carroll hizo una versión para los más pequeños, con “la ambición de que fuera leído por niños de cero a cinco años. ¿Ser leído? –se preguntó y contestó él mismo– no, digamos más bien ser ojeado, arru-llado, puesto bajo la almohada…”
Aquí, algunas de las frases inolvidables de la historia:
“Si conocieras el tiempo tan bien como yo, no hablarías de perderlo…”
“Alicia: ¿Cuánto tiempo es para siempre? El conejo blanco responde: a veces sólo un segundo…”
“Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca. ¿Cómo sabes que estoy loca? Tienes que estarlo o no habrías venido aquí…”
¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
El gato respondió: Eso depende de adónde quieras ir
.
“Eso no importa mucho –dijo Alicia.
“Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el gato”.
leerles libros como Alicia…, Platero y yo y El principito nutre la imaginación de los niños y fomenta su interés en la lectura. Amar a los niños es darles tiempo.
PS suman 1250 días sin medica-mentos para niños con cáncer.