Domingo 3 de abril de 2022, p. 8
Un añejo debate feminista se reavivó en semanas recientes por la inclusión de mujeres transgénero en categorías deportivas femeninas y por un foro en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sobre sexo y género. Para ciertos sectores feministas, las mujeres trans son diferentes a quienes nacieron con genitales femeninos, y señalan que la inclusión de este sector desdibuja sus luchas históricas. En contraparte, las trans aseguran que es un discurso de odio que perpetúa la violencia en su contra.
Las posturas al parecer son irreconciliables. Esta semana, en la que se conmemoró el Día Internacional de la Visibilidad Trans, organizaciones de este grupo criticaron que en una universidad pública como la UNAM se debatan temas que contribuyen al discurso transfóbico, el cual no se queda en palabras, sino que se traduce en más discriminación y asesinatos de mujeres trans.
Aparte, Ana Elena Contreras, integrante del Frente Nacional Feminista Abolicionista, explicó a La Jornada que “no es que no estemos reconociendo su identidad; lo que no queremos es que colonicen nuestras agendas, porque con ello lo que hacen es borrarnos. No queremos ser mencionadas como mujeres cis (aquellas cuya biología coincide con su género), porque esa es una categoría que ellas (las trans) inventan para diferenciarse de las mujeres biológicas”.
Detalla como ejemplo de borrar a las mujeres decir personas menstruantes
o personas gestantes
. Lo correcto sería mujeres que menstrúan
o mujeres embarazadas
.
¿Quién borra a quién?
Waquel Drullard, de AFROntera Colectiva, señaló a este medio que “el borrado de las mujeres no existe; deberíamos preguntarnos quién borra a quién, cuáles son las vidas arrebatadas con los transfeminicidios. México es el segundo país con más transfeminicidios. Si alguien está borrando a alguien son las feministas radicales: son blancas colono-descendientes que niegan la autonomía y los derechos de las personas no binarias y las mujeres y hombres trans”.
Para Lucía Ciccia, experta del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, la discusión se centra en lo que se entiende por categoría mujer
y los derechos humanos. Asegura que algunas feministas se aferran a la tesis de que la genitalidad femenina define a una mujer, pero las transincluyentes (feministas que arropan a las mujeres trans) “entendemos que la categoría mujer no es un hecho natural. No planteamos como excluyentes los derechos de las cismujeres respecto de las transmujeres”.
En sus redes sociales, las organizaciones feministas Mujeres de la Sal y las Brujas del Mar manifestaron su indignación
ante la exigencia de silenciar a mujeres (las ponentes) que han dedicado años de sus vidas a la lucha feminista
, pues algunos grupos intentaron censurar
el foro y remarcan que es innegable la diferencia entre sexo y género
.
Reiteran que esta lucha a favor de la liberación de las mujeres no pretende negar derechos a otros grupos minoritarios sujetos de discriminación: el feminismo es y será para las mujeres
.
El debate va más allá de lo ocurrido en la UNAM, porque también las organizaciones han expresado su descontento con la presencia de mujeres trans deportistas en las categorías femeninas. Hablaron ampliamente de la nadadora estadunidense Lia Thomas, quien no figuraba en los podios cuando competía como hombre, pero obtuvo el primer lugar cuando lo hizo como mujer trans.
Con motivo del día de la visibilidad, el Instituto Nacional de las Mujeres realizó actos a favor de las mujeres trans, y las activistas dejaron en claro que son mujeres. Incluso feministas han exigido a esta institución no integrar a las trans en sus consejos consultivo y social.
Por medio de su coordinación para la igualdad de género, la UNAM apremió a realizar los procesos académicos en condiciones propicias para el diálogo y la profundización de argumentos y contenidos.
De 2017 a marzo de 2022 en la máxima casa de estudios se han realizado 205 trámites para reconocer el cambio de sexo
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