Sábado 2 de abril de 2022, p. 24
En la parte más dura de la pandemia, se abrió el hospital general La Pastora, en Cuautepec, alcaldía Gustavo A. Madero, una zona con alto índice de pobreza y marginación donde los servicios de salud eran escasos.
El 8 de abril de 2020 llegó el primer paciente y desde entonces médicos, enfermeras y camilleros atendieron a 2 mil 308 personas con covid-19, de las cuales 772 fueron hospitalizadas.
Su directora, María de los Ángeles Corona, relató cómo llegaban los enfermos y las áreas que había para valoración, las cuales debían ser despejadas inmediatamente a fin de atender a otros pacientes o casos urgentes, que en ocasiones requerían intubación.
Las salas de espera, urgencias, atención general y terapia intensiva, donde fueron atendidos, ahora están vacías. Sin embargo, el nosocomio seguirá con la atención no sólo de capitalinos, también de pacientes que llegan del estado de México; además, en la etapa crítica se brindó atención a migrantes.
Se ubica en el extremo norte de la Ciudad de México, muy cerca de la estación del Cablebús La Pastora. Con las facilidades que hay para llegar se han reducido el tiempo de traslado para los habitantes de Cuautepec, que en caso de enfermedad grave acudían al hospital de Ticomán, comentó Carlos Rivero.
Aseguró que muchas personas enfermas esperaron a curarse solas, pero no todas lo lograron y llegaron a este hospital donde encontraron una rápida atención.
Nuevas expectativas
El hospital de segundo nivel fue rehabilitado por la Secretaría de Salud para quienes no cuentan con servicios institucionales y recibieran atención medica digna, gratuita y cerca de sus hogares.
Heriberto, vecino de Cuautepec, relató cómo vivió la enfermedad: junto con su esposa: estaban atemorizados porque escuchaban que quienes iban a los hospitales morían, que separaban a las familias y quien era internado no lo volvían a ver.
Cuando empezó con síntomas se aisló, pero conforme pasaron los días el virus afectó más a su esposa, quien se puso muy grave y fue entonces cuando decidió llevarla al hospital de La pastora, donde le salvaron la vida.
Laura también se contagio y pese a que no requirió hospitalización porque recibió tratamiento ambulatorio, expresó que de no haber tenido el nosocomio cerca de su casa otra su historia hubiese sido y no la contaría.