La recuperación económica del país es heterogénea y agudiza las desigualdades
Miércoles 23 de marzo de 2022, p. 17
La mejor forma de medir la percepción de certidumbre que se tiene en el país es el flujo de las inversiones, afirmó Eduardo Osuna Osuna, vicepresidente y director general de BBVA México.
En entrevista con La Jornada, antes de la 85 convención bancaria que se realizará este jueves y viernes en Acapulco, Guerrero, planteó que los niveles de inversión están rezagados, y aunque el crédito bancario fluye, se da por la parte de consumo y no por temas de infraestructura, tanto grandes proyectos como aquellos que son locales.
Consideró que la recuperación económica del país es heterogénea, pues hay zonas donde las familias no se han visto tan afectadas y hay otras donde es difícil contar cosas positivas. Esa realidad, dijo, agudiza las desigualdades que hay en el país.
Apuntó que México no sólo enfrentó una crisis económica con la pandemia, sino también una social –no vista desde la Revolución– por la cantidad de muertos y el impacto económico. Además, precisó que el empresariado evalúa los problemas de inseguridad para hacer negocios y actualmente es un factor que inhibe la inversión.
–Pasamos dos años complejos, lo que vemos a futuro parece igual de complejo, ¿Cómo resume el momento en el que nos encontramos?
–Vemos el reflejo de lo que han sido los pasados dos años, intermitencia en muchas cosas e ir aprendiendo a hacer y a lidiar con temas inesperados y si hay que evaluar, hay cosas también positivas; las cosas negativas las conocemos; como la crisis social que acabamos de vivir por los muertos, por el impacto económico, esto no lo veíamos desde la época de la Revolución, esta combinación de caída económica y además de un problema social tan gordo como el que se vivió.
–¿Hacia dónde se inclina la evaluación, positiva o negativa?
–Depende dónde estés situado, es complejo. Si vives en el norte del país y tu familia no fue afectada, esto va volando, va bien, pero si estás en zonas donde la recuperación aún no se ha dado o tuviste una afectación de salud importante, es muy difícil que cuentes cosas positivas. Como pasa siempre, México es tan heterogéneo y a veces es difícil hacer una sola valoración, porque hay cosas muy buenas y muy malas.
–Esa realidad heterogénea, ¿agudiza las desigualdades que hay en el país? Si es así, ¿qué se puede o debe hacer?
–Absolutamente, México es un país desigual en muchos sentidos: acceso a servicios de salud, educación, ingresos, servicios básicos desde agua, electricidad, y todo esto lo agranda un poco, también dependiendo las zonas.
–Mencionaba una crisis social y económica, también hay una de inseguridad en algunos puntos del país. ¿Qué tanto le afecta a la banca la inseguridad a la hora de hacer negocios?
–Los temas de seguridad y estado de derecho están bastante ligados y eso lo pondera un inversionista, se debe examinar con cuidado invertir en zonas donde hay altos niveles de delincuencia; un directivo de alguna empresa internacional que quiera llegar a México a instalarse se mueve del país si ve altos niveles de delincuencia que pueden afectar la seguridad de su familia, es un inhibidor, y cada vez más los empresarios se fijan en esto.
–¿Qué señales de certidumbre hace falta mandar? Lo han planteado con la administración, ¿qué falta en el país para que ese potencial de inversión y de crecimiento vaya al alza?
–Un tema que debemos resolver es la reforma eléctrica, es muy importante para dar certidumbre… Por ejemplo, el tema de la seguridad jurídica, no hacer cambios retroactivos a ciertas cosas.
–¿Se están dando esas señales de certidumbre?
–Hay de todo, unas positivas y otras negativas. El mejor termómetro es el flujo de nuevo crédito, de repente es un poquito contradictorio porque ves los niveles de inversión total y siguen bajos, este país tendría que estar a niveles de 25 por ciento de inversión pública más privada.
“Sin embargo, ambas están cayendo, lo que condiciona el crecimiento futuro; por otro lado, el flujo de crédito se está dando razonablemente en buenos niveles, no todo para inversión y ese es el problema, hay mucho para consumo, entonces requerimos más financiamiento para inversión, pero no hay proyectos de infraestructura; por ejemplo, falta vivienda en algunas zonas del país, infraestructura local, carreteras y todo eso genera crecimiento.
–¿Qué pasa en este tema de infraestructura? ¿No hay, no se hace gran cosa?
–No. Cuando tienes un Estado que no tiene capacidad de gasto –porque México recauda poco respecto de otros países y tiene un bajo porcentaje destinado a inversión productiva e infraestructura de transporte y demás– no hay forma de que lo hagas, la salida son alianzas público privadas. Es necesaria una vía para detonar más inversión en infraestructura, pero no sólo los grandes proyectos que se han anunciado, que algunos van caminando, sino muchos proyectos regionales que generan trabajo y movilidad local de las empresas, de pequeñas constructoras que también se requieren.
–¿Cómo calificaría la relación que tienen actualmente con el gobierno? ¿Ha habido un diálogo fluido y productivo?
–Tenemos mucho diálogo con nuestros reguladores sobre lo que está pasando, tuvimos comunicación durante la pandemia con la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, creo que una de las claves, cuando hablamos de las cosas positivas, es que tenemos un diálogo muy fluido, muy recurrente, casi periódico para poder tener termómetros de aquel y este lado.
Parece que la mejor métrica del nivel de percepción de certidumbre y de si el diálogo fluye son los niveles de inversión. Cuando hay confianza y capacidad de resolver problemas, la inversión fluye.
–En estos dos meses que van de 2022, ¿cómo van en la colocación de crédito respecto de los anteriores?
–Enero y febrero de 2022 han sido mejores que en 2021 y tiene que ver con varias dinámicas, había rezagos en algunos sectores de la reactivación, pero como ya se inició el regreso a las oficinas, sobre todo gran parte de los corporativos, se van a activar pequeños locales y comercios que están alrededor de las oficinas; no olvidemos que enero de 2021 lo arrancamos con una economía completamente cerrada, confinados, con una oleada mucho más dura de la que teníamos en 2022 y estamos viendo esa comparativa.
“Además, durante todo el año pasado decíamos ‘las personas físicas traen un buen flujo de financiamiento, hay buena demanda de crédito y las personas morales no necesariamente’, 2021 fue un año récord para las pequeñas y medianas empresas, medianas y grandes tenían mucha liquidez, no estaban invirtiendo y no necesitaban capital de trabajo, había liquidez en el mercado que estuvimos colocando en bonos.”
Una versión más extensa de la entrevista puede consultarse en cutt.ly/ySOBY6z