Domingo 6 de febrero de 2022, p. 19
La Habana. El gobierno cubano decretó ayer un nuevo impuesto de 10 por ciento a los vendedores particulares de productos agropecuarios, una dura medida dirigida a comerciantes, pequeñas empresas y consumidores, quienes enfrentan los efectos de una inflación de 70 por ciento.
Ese gravamen, en vigor a partir del lunes, se aplicará sobre las ventas minoristas con un tipo impositivo de 10 por ciento a las personas naturales y jurídicas que comercialicen productos agropecuarios de forma minorista
, indicó ayer la Gaceta oficial.
La partida, aprobada por el Parlamento en diciembre de 2021, dispone gravar la facturación de los trabajadores por cuenta propia y de las pequeñas y medianas empresas, autorizadas apenas en agosto del año pasado.
De acuerdo con el economista cubano Pedro Monreal, esta medida provocará un incremento de costos. Dos probables efectos: mayores gastos en alimentación y aumento de la desigualdad
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Agregó que el impacto se concentra en hogares con menores ingresos que destinan a la canasta básica un porcentaje relativamente más alto de sus recursos
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La reforma monetaria de 2021 disparó el valor de los bienes y servicios, fundamentalmente de alimentos. La población debe hacer largas filas en medio de la escasez de productos de primera necesidad y medicamentos.
La isla caribeña, que importa 80 por ciento de los bienes alimentarios, ha reducido sensiblemente sus compras por falta de disponibilidad de divisas, y por las dificultades logísticas del comercio internacional asociadas a la pandemia de coronavirus y el bloqueo estadunidense.