Capital
Ver día anteriorDomingo 2 de enero de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Las antojerías salvaron a los que rechazan el recalentado
Foto
▲ En la clásica birriería sobre el Circuito Interior, la fiesta de Año Nuevo continuó por la mañana.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de enero de 2022, p. 25

Desde las siete de la mañana de ayer, las menuderías y antojerías –que hace un año tuvieron que cerrar o sólo dar servicio para llevar– abrieron sus puertas en espera de quienes no duermen hasta no tener un consomé en la panza.

Para curarse la resaca que les dejó la última noche de 2021 acompañan su plato con tacos, quesadillas o sólo tortillas calientes hechas a mano.

No nada más son los trasnochados quienes buscaron estos negocios, sino también parejas y familias recorrieron ayer las desiertas calles de la Ciudad de México ante el hartazgo del pavo, lomo, pastas y ensaladas agridulces que fueron su comida estos últimos días.

Prefirieron saborear pancita, birria, barbacoa y hasta tacos de carnitas. A Lindo Michoacán, una menudearía de la colonia Independencia, en la alcaldía Benito Juárez llegaron desde muy temprano los comensales seguros de que el negocio abriría sus puertas, porque antes del confinamiento daba servicio los 365 días del año.

Es un negocio muy conocido y con tres sucursales en la zona. Alma y Noé pasaron con unos amigos la noche de fin de año y esperaron salir del festejo, minutos antes de la 7 de la mañana, para ir directo al establecimiento.

Desde las 5 de la mañana “me saboreaba una pancita, pues el frío y el hambre se juntan. Ahorita con un buen suero –refresco de limón en un vaso escarchado con sal– y un par de cervezas me reactivo”, dijo Noé, aún con aliento alcohólico.

Sin embargo, para la familia Beltrán, cansada de los platillos tradicionales de Navidad y fin de año, optaron por ir a El Gran Rábano, otro local de antojitos de la colonia Portales. Sus 15 integrantes prefirieron los sopes, quesadillas y menudo a recalentar el lomo ahumado que quedó y con el que despidieron la última noche del año.

Para Carlos Toledo, quien durmió apenas cinco horas, una birria le ayudaría a seguir la fiesta. Sin importar que estuvo tomando hasta las 4 de la mañana, decidió comerse un consomé y seguir bebiendo alcohol, porque es la mejor forma de curarse una borrachera.

A pesar de las tradicionales cenas de fin de año, en los negocios que se instalan alrededor del jardín Tlacoquemécatl ya se esperaba a los asiduos a los tacos de barbacoa, carnitas y de guisados, además de los caldos de mariscos.