Las polémicas decisiones de los silbantes en las semifinales del torneo Apertura 2021 sólo dejan claro que debe haber un cambio en la Comisión de Árbitros, es necesaria la llegada de gente que vea por el beneficio del arbitraje y no sólo por sus intereses personales, dijo el ex colegiado Roberto García Orozco.

Hoy en el futbol mexicano parece que sólo cuidan los intereses de unos cuantos, tratan de sancionar con base al club, algunos parecieran tener más poder que otros. Es preocupante esta situación, el arbitraje está perdiendo valor, se afecta al espectáculo y al aficionado, lamentó.

Desde la serie entre Tigres y León hubo controversia, pero las más graves se dieron en el partido entre Atlas y Pumas. El silbante Jorge Antonio Pérez Durán no marcó un penal por un codazo sobre Juan Ignacio Dinenno, quien sufrió una fractura en la nariz y más tarde fue expulsado al intentar una chilena y golpear de manera no intencional a Jesús Angulo. La polémica creció cuando Arturo Brizio, presidente de la Comisión de Árbitros, defendió estas decisiones.

García Orozco indicó que al desaparecer el término acción intencional en las jugadas de peligro, es correcta la expulsión de Dinenno, sin embargo para impartir justicia también se debió marcar el penal en favor de Pumas por el golpe de Santamaría sobre el delantero felino.

No existe consistencia en las decisiones. Ver a Brizio defender algo indefendible es alarmante, quieren engañar al aficionado cuando en realidad tienen que preocuparse por trabajar. Debe llegar a la Comisión de Árbitros gente capacitada y preocupada por el arbitraje mexicano, no como los que hay ahora, sin experiencia ni reconocimiento internacional, agregó.

Indicó que más allá de las polémicas, también se ha permitido indisciplina en los encuentros. Se ve cada vez más a los técnicos reclamando, al final nadie les dice nada.

Consideró que la Comisión de Árbitros debe tener autonomía y aunque el futbol es un nego-cio y se deben rendir cuentas a los dueños, a la Liga y la Federación Mexicana, es necesario hacer un buen trabajo.

Dijo que ante la falta de un liderazgo y buenos capacitadores se corre el riesgo de enfrentar en las próximas generaciones mayores deficiencias. El arbitraje mexicano vive una crisis. Han debutado muchos silbantes, pero sin continuidad y en dos o tres años se quedarán sin elementos de suficiente experiencia.