on cifras preliminares para este año – y severos ajustes en años anteriores – el Banco de México informa que en el primer semestre la balanza de pagos del país (cuenta concentradora de todas las operaciones con el exterior) se saldó de la siguiente forma: un saldo positivo de 794 millones de dólares (mdd) en la cuenta corriente más otro de 2 mil 474 mdd en errores y omisiones contra un saldo negativo en la cuenta financiera por -3 mil 251 mdd más otro en la cuenta de capital de -17 mdd (Gráfico 1).

El superávit en la cuenta corriente (794 mdd preliminar), aun siendo modesto, es el primero logrado en los semestres similares de la última década (Gráfico 2).

De sus balanzas, la comercial (mercancías) registró superávit por tercer año consecutivo (mil 112 millones de dólares), así como la de transferencias, siempre positiva por las remesas, con 23 mil 312 mdd. A la inversa, con déficit crónico, la balanza de servicios registró -6 mil 752 millones (que es factible abatir) y la de renta (intereses por deuda y utilidades de inversiones directas) con -16 mil 878 mdd.

Las remesas enviadas por los migrantes mexicanos a sus familias, en particular, totalizaron en el semestre la cifra récord de 23 mil 647 millones de dólares (Gráfico 3).

La Cuenta Financiera totalizó su saldo pasivo (-) de 3 mil 251 mdd como resultado de los siguientes saldos en los rubros que la integran: inversión directa -15 mil 511 millones, inversión de cartera 11 mil 394 mdd, derivados financieros mil 224 mdd, otra inversión financiera 4 mil 654 mdd y un incremento en los activos de reserva de mil 535 millones de dólares (Gráfico 1).

Detallando la Cuenta Financiera, en el semestre hubo una salida neta (envíos menos repatriaciones) de capitales mexicanos al exterior por 16 mil 661 millones de dólares, de los cuales 3 mil 474 fueron a inversiones directas (en empresas y acciones) y 13 mil 187 mdd fueron a inversión financiera (en valores y depósitos) (Gráfico 4).

En sentido inverso, la tenencia de valores internos del gobierno mexicano por no residentes del país (una deuda interna que es de hecho externa por el origen de los capitales e inversionistas, y que debería reservarse a mexicanos residentes por seguridad financiera) repuntó en el semestre a 93 mil 70 millones de dólares, de los cuales 81 mil 300 millones están invertidos en bonos y el resto a corto plazo (Gráfico 5).

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