En materia laboral, la población joven fue el sector más golpeado por la crisis de la pandemia de Covid-19 en América Latina (AL) y el Caribe, y existe el riesgo de que se convierta en una generación sin oportunidades de empleo o educativas, alertó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en México el número de mujeres y hombres entre 20 y 29 años de edad que tenían un trabajo registró una caída de 8.3 por ciento. Mientras en el primer semestre del año pasado –antes de la emergencia sanitaria–, 12.4 millones de personas de dicho sector estaban ocupadas, para el mismo periodo de este año se registraban sólo 11.3 millones.

En el contexto del Día Internacional de la Juventud, la OIT señaló que la tasa de desocupación en los jóvenes de entre 15 y 24 años alcanzó casi 24 por ciento en la región latinoamericana durante el primer trimestre de 2021, el nivel más alto desde 2006. La cifra representa un aumento de más de 3 por ciento con respecto a niveles previos a la pandemia.

De esta manera, la participación juvenil en el mercado de trabajo alcanzó apenas un nivel de 45.6 por ciento en ese periodo, lo que implica que entre 2 y 3 millones de jóvenes estaban sin empleo debido a la inexistencia de oportunidades.

Según un estudio reciente del organismo internacional, mientras el empleo juvenil se redujo 8.7 por ciento el año pasado a escala mundial, en las personas adultas fue de 3.7 por ciento.

Ante este panorama, la OIT advirtió que el impacto desproporcionado de la pandemia sobre la juventud activó una bomba de tiempo que incluye desempleo, informalidad y reducciones de la oferta laboral sin precedentes entre la población de 15 a 24 años.

Recomiendan focalizar programa de gobierno

Expertos en empleo juvenil advirtieron que aunque el programa Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) ha ayudado a millones de personas de ese sector a acercarse al mundo del trabajo, su enfoque todavía es muy general y no ha logrado llegar a aquellos que se encuentran en mayor estado de vulnerabilidad, que son quienes sufren más discriminación al buscar empleo.

Durante un foro virtual, Marisol Fernández, directora de inversión social de la Fundación Nacional Monte de Piedad, encomió los logros de JCF, pero al mismo tiempo advirtió que aún es necesario afinar sus criterios para que se concentre en los jóvenes marginados que más lo requieren.

Por su parte, Teresa Lanzagorta, directora de la organización Youth Build México, coincidió en que una de las áreas de mejora del esquema es que tenga mecanismos para alcanzar a los muchachos con mayores desventajas. El programa debería estar mucho más focalizado en quienes no han terminado la educación media superior, que son más de 11 millones de jóvenes.