La Mancuspia
E
l amor es terco
, responde Fernando J. Elizondo Garza, preguntado del porqué insistir en una revista, Papeles de la Mancuspia, fundada en 1994, publicación de resistencia cultural
que va en su entrega 108 y cuyo directorio es o ha sido dinámico
, pues unos llegan, otros se van y otros mueren
. Entre estos últimos figuran los muy apreciados nombres de José María Mendiola, Dulce María González y Zacarías Jiménez, “quienes –según se lee en un artículo de Armas y Letras firmado por el propio entrevistado y Lorena Sanmillán–, aun en el recuerdo siguen comportándose como mancuspios”.
Actualmente el Consejo Editorial lo constituyen 16 regios, dicho sea en general. A más de Lorena, Fernando y otros autores no menos destacados (el tabloide se considera de escritores para escritores
) forman parte de él Guillermo Meléndez, José Eugenio Sánchez, Patricia Laurent, Malena Múzquiz, Luis Aguilar, Julio César Méndez y Eduardo Zambrano.
Las más de 30 inclusiones en el más reciente número, que fechado en abril no ha mucho apareció en papel ( La Mancuspia, como se le denomina económicamente, es localizable en http://www.papelesdelamancuspia.com), mencionemos algunas autoras, en prosa y verso: Magolo Cárdenas, Ignacia Muñoz (con un poema en náhuatl y español), Pilar Cisneros, Gudelia Carmona, Elena Quirós, María Choza, Giselle Ruiz, Claudia Rangel, Angélica Minor y Arely Jiménez.
En Monterrey, ciudad industrial que valora muy poco el trabajo no tangible
, esta iniciativa bastante independiente, que sin embargo no se mira a sí misma independiente de nada
(ni de la autocensura ni del dinero ni de nuestras obsesiones ni del amor
: Elizondo), ha editado asimismo al menos una decena de libros y, en cuanto a su periodicidad, sufrido varios avatares, bien que desde hace tiempo suele aparecer seis veces por año.
“Los aspectos visuales de Papeles de la Mancuspia, nombre de evidente origen cortazariano, son coordinados y estrictamente supervisados por María de Jesús Rodríguez Flores.”
El número que nos ocupa está doblemente ilustrado: por fichas eróticas romanas de hará dos milenios y por textos breves entresacados de El libro del desasosiego de Pessoa . He aquí uno de ellos: Nunca he podido leer un libro entregándome a él; siempre, a cada paso, el comentario de la inteligencia o de la imaginación me ha interrumpido la secuencia de la propia narrativa
.