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Sutra del corazón invita a la liberación mediante experiencias sensoriales
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▲ Obra a cargo del bailarín y coreógrafo Espartaco Martínez que se presenta hoy y mañana en el Patio de los Leones del Munal.Foto Manuel Ceronte
 
Periódico La Jornada
Sábado 3 de julio de 2021, p. 4

El bailarín y coreógrafo Espartaco Martínez Cárdenas expone en Sutra del corazón una metáfora de lo que no somos e invita a la liberación. La propuesta se presenta hoy y mañana en el Patio de los Leones del Museo Nacional de Arte (Munal).

La obra está inspirada en el Sutra del corazón de Buda, cuya filosofía fue legada a sus discípulos. Se trata de un texto budista que se hizo muy popular por su profundidad y por su forma de describir la experiencia de la liberación.

Es un sutra que ha cobrado gran simbolismo en la escuela japonesa del budismo, en el budismo tibetano y en las escuelas zen chinas.

Para el creador, que durante más de 20 años se ha dedicado a exaltar las artes orientales, en especial la danza Butoh, explica que el sutra no es un acto de fe sino una interpelación directa. Es una disertación lógica contundente; te pone contra la pared y ya tú sabes si después decides regresar a lo de siempre o transfigurar la existencia a cada momento hasta desaparecer.

Sutras, cantos mágicos

La propuesta escénica, en la que el guitarrista y compositor japonés Taro Wakayama acompaña a Espartaco, busca generar experiencias sensoriales en el espectador para reflexionar sobre la condición humana y la necesidad de una liberación emocional.

Es una experiencia que, apelando a los sentidos, trata de trascenderlos para asomarnos a un umbral sobre lo que significaría la conciencia libre de intereses que, curiosamente, nos atrapan en un sufrir complaciente cuan ingrato. El sutra es un canto mágico para aligerar el peso que nos dobla. Son alas. Las palabras del sutra están tatuadas en el cuerpo, que es la mente, explica Martínez.

En entrevista, el coreógrafo añade que en torno a la danza se han soldado dos conceptos: cuerpo y movimiento; sin embargo, considera que el movimiento no es danza, pero la acción, los verbos, las decisiones crean un fenómeno.

El cuerpo se torna fetiche, el culto a la imagen personal es penosa, una ilusión detrás de lo que aparentan los movimientos, y la danza se vuelve banal porque no sabes qué te mueve. En el sutra no existe el cuerpo, no existe la forma; hay algo oculto.

De acuerdo con Martínez, tenemos dos opciones: aceptar o no la insignificancia como una palanca a la felicidad; arriesgarse al deseo y promesa de eternidad donde existe el sólo por hoy, el ahora. El sutra nos habla de la conciencia de la inconsciencia; nos deja ver, nos recuerda la finitud.

Espartaco Martínez ofrecerá cuatro funciones de Sutra del corazón, hoy y mañana a las 12 y 13:30 horas en el Patrio de los Leones del Munal (Tacuba 8, Centro Histórico).