l 18 de junio el Inegi publicó en cifras preliminares la macrocuenta de oferta y demanda al primer trimestre, que totalizaron 34.781 billones de pesos anualizados, cifra -2.9% inferior en términos reales (sin inflación) a la de 2020 (Gráfico 1), reflejando un trimestre aun en contracción contra 2020-I en semicontracción, lo que se revertirá a crecimiento a partir del trimestre II.

De la oferta trimestral, el PIB, la oferta interna de bienes y servicios, decreció -3.6% (-1.3% en 2020-I), y las importaciones, la oferta externa, -1.0% (-3.1).

De la demanda, el consumo cayó -3.7% (-0.1 en 2020-I), la inversión fija -4.9% (-8.8), y las exportaciones (demanda externa) -4.3% (1.7% de aumento en 2020-I).

El consumo total ascendió en el trimestre a 18.862 billones, cifra ligeramente mayor en términos nominales a los 18.722 de 2020-I, pero -3.7% inferior en términos reales (Gráfico 2). El consumo privado cayó -4.2% (-6.6 el nacional y +7.6 el importado), y el consumo de gobierno bajó -0.7%. El consumo privado de servicios nacionales muestra una caída de -11.9%, y el de servicios importados de -36.1%. En pesos constantes (sin inflación) el consumo total se ubicó en el trimestre en un valor cercano al de cuatro años atrás (Gráfico 3).

La inversión fija, asimismo, aumentó en valor nominal a 4.837 billones pero decreció -4.9% real. De ella la construcción cayó -8.6% mientras que la realizada en maquinaria y equipo aumentó 0.8% (Gráfico 4), un indicador inicial de reactivación económica. En pesos constantes, la inversión total del trimestre muestra una regresión de 10 años (Gráfico 5), la privada de nueve y la pública de casi 18, contracción esta última debida en parte a una reasignación de recursos a la pandemia y también al alud de trabas legales y legaloides interpuestas por intereses privados y grupos opositores a la inversión pública.

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