Al menos cinco combatientes murieron: OSDH
Teherán anuncia que no entregará más imágenes de sus instalaciones nucleares a organismo de la ONU
Lunes 28 de junio de 2021, p. 24
Washington. Las fuerzas armadas de Estados Unidos lanzaron ayer ataques aéreos en zonas de Irak y Siria contra milicias respaldadas por Irán, en respuesta a asaltos con drones de rebeldes apoyados por la república islámica contra efectivos e instalaciones estadunidenses en suelo iraquí, con saldo de al menos cinco muertos.
Siguiendo las instrucciones del presidente Biden, las fuerzas militares estadunidenses han llevado a cabo esta noche ataques aéreos defensivos de precisión contra instalaciones utilizadas por grupos de milicianos respaldados por Irán en la región fronteriza entre Irak y Siria
, informó el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby.
Añadió que los objetivos –dos en Siria y uno en Irak– fueron seleccionados porque “esas instalaciones son utilizadas por las milicias respaldadas por Irán que participan en ataques con vehículos aéreos no tripulados contra el personal y las instalaciones estadunidenses en Irak.
Al menos cinco milicianos apoyados por Irán murieron y varios resultaron heridos en el ataque aéreo
, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG con sede en Reino Unido.
El canal de televisión Al Ikhbariya reportó en cambio que un niño murió y tres personas resultaron heridas, presuntamente en un bombardeo estadunidense contra varias viviendas en la gobernación de Deir Ezzor, este de Siria, cerca de la frontera con Irak.
Los residentes afirmaron que los aviones estadunidenses efectuaron otros ataques en esta zona fronteriza con Irak, añadió la emisora.
Los intereses de Estados Unidos en Irak han sido objeto de repetidos ataques en los últimos meses, y Washington ha culpado a facciones iraquíes vinculadas a Irán de los ataques contra las instalaciones iraquíes que albergan a su personal.
Desde principios de año se han perpetrado más de 40 atentados en Irak, donde están desplegados 2 mil 500 soldados estadunidenses como parte de una coalición internacional para luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico.
La gran mayoría han sido bombas contra convoyes logísticos, mientras 14 fueron ataques con cohetes, algunos de ellos reivindicados por facciones proiraníes que pretenden presionar a Washington para que retire todas sus tropas.
Los ataques se lanzaron un día después de que funcionarios kurdos iraquíes aseguraron que tres drones cargados de explosivos impactaron cerca de la ciudad de Arbil, en el norte de Irak, donde Estados Unidos tiene un consulado.
También se produjeron cuando Hashed al Shaabi, alianza paramilitar proiraní que se opone a la presencia estadunidense en Irak, celebró un desfile militar cerca de Bagdad al cual asistieron altos funcionarios.
En abril, un avión no tripulado cargado de explosivos atacó el cuartel general de la coalición en Irak en la parte militar del aeropuerto de Arbil, la capital regional kurda iraquí.
Ese tipo de ataques supone un dolor de cabeza para la coalición, ya que los drones pueden evadir las defensas aéreas.
La relación entre Estados Unidos e Irán atraviesa una etapa crítica, ante una posible negociación de vuelta al pacto nuclear, que Estados Unidos abandonó de manera unilateral en 2018 durante la administración de Donald Trump, y en el contexto del creciente miedo de las naciones occidentales a las capacidades de Irán para producir armas nucleares.
El presidente del parlamento de Irán, Mohammad Baqer Qalibaf, sostuvo ayer que la república islámica no entregará más imágenes del interior de algunas instalaciones nucleares al organismo de vigilancia nuclear de la Organización de Naciones Unidas (ONU) debido a que el acuerdo de supervisión con la agencia terminó, informó la prensa local.
El acuerdo ha expirado, cualquier información registrada no será entregada al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y los datos e imágenes permanecerán en posesión de Irán
, sostuvo Mohammad Baqer Qalibaf.
El anuncio podría complicar aún más las conversaciones entre Irán y las potencias occidentales sobre la reactivación del pacto nuclear de 2015.
La OIEA e Irán alcanzaron en febrero el acuerdo de supervisión de tres meses para amortiguar el golpe de que Teherán redujera su cooperación con el organismo, y permitió continuar la supervisión de algunas actividades que de otro modo se habrían suprimido.
En virtud de ese acuerdo, que el 24 de mayo se prorrogó por un mes, la OIEA pudo acceder a los datos en una fecha posterior.