París. El español Rafael Nadal cayó (3-6, 6-3, 7-6(4) y 6-2) ante el serbio Novak Djokovic en semifinales de Roland Garros, segundo Grand Slam de la temporada, su tercera derrota en 108 partidos en París, cediendo en un duelo legendario que cita al número uno del mundo con el griego Stefanos Tsitsipas.

Nadal, 13 veces campeón del Abierto de Francia, dio la vida por defender su territorio, pero Nole se quedó la redición de la última final para aspirar a su segunda Copa de los Mosqueteros (2016). Un partido histórico, que esquivó incluso el toque de queda como medida contra el coronavirus, que da la opción a Djokovic de su grande 19, por los 20 del español y Roger Federer.

En un partido para el recuerdo, hubo muy pocos juegos que no se vendieran caros tras más de cuatro horas. El primero, por ejemplo, fue de 10 minutos y Nole tuvo dos bolas para rompimiento. Quizá marcó un poco lo que sería el set, ya que Nadal hizo daño al serbio, quien empezó 5-1 arriba.

La intensidad siguió creciendo y en la cresta empezaba a asomar Djokovic. Sus golpes hacían más daño, la pelota le corría más, pero la defensa de Nadal dejó un parcial dramático, lleno de juegos largos. El español salvó bolas de break hasta que encajó la rotura en el quinto juego, con Nole arengando a las masas.

Nadal se aferró a la Central parisina con un 0-2 de inicio del cuarto set, pero Djokovic no daba tregua. El serbio logró lo que también parecía imposible, aguantar a Nadal en París, de pie a pesar de las mil respuestas del balear(3-2). Tras un mínimo tiempo médico pedido por el español, Nole superó los últimos coletazos de Rafa, en un broche espectacular a su primera victoria en tierra sobre Nadal desde 2016.

El clásico del tenis moderno se hizo de rogar por culpa de la batalla entre Tsitsipas y Zverev en la primera semifinal, que se quedó el griego con 6-3, 6-3, 4-6, 4-6 y 6-3, el primer tenista de su país en alcanzar una final de Grand Slam.

Tsitsipas, uno de los jugadores más en forma esta temporada, se puso dos sets arriba, pero comenzó a fallar y mucho.

Un break y 1-3 en contra en el tercer set comenzó a torcer el gesto del griego y a dar vida al alemán. Zverev se apuntó fácil la manga y en la cuarta rompió en el primer juego, con su rival dejando muchas bolas en la red, caminando sólido al desenlace del quinto set. Tsitsipas, sin embargo, cortó la hemorragia a tiempo y cerró su histórica tarde en París, el más joven a sus 22 años en alcanzar la final desde Nadal en 2008.