Domingo 30 de mayo de 2021, p. 23
Monterrey, NL., La empresa extractora de materiales pétreos Matrimar, así como intereses económicos y políticos amenazan la Sierra de Picachos, denunciaron el activista Raúl Rubio Cano y la organización Guardianes de la Sierra, encabezada por Aristeo Benavides.
Explicaron que la compañía mexicana ha explotado por largos años los bancos de granito y otros materiales calizos en Cerralvo, donde exterminó el ojo de agua, un arroyo, pozos profundos y norias; y ahora pretende extenderse a la comunidad Las Mojarras, en el municipio de Doctor González.
Matrimar es propiedad de José Santos Martínez Gutiérrez, tío y padrino del actual alcalde panista de Cerralvo, Baltazar Martínez Ríos, quien pretende heredar el puesto a su padre, el diputado federal y candidato albiazul, Baltazar Martínez Montemayor.
Esta zona serrana abarca los municipios de Higueras, Agualeguas, General Treviño, Melchor Ocampo, Parás, Cerralvo, Doctor González, Los Ramones, Marín, Sabinas Hidalgo, Salinas Victoria y Zuazua, en Nuevo León.
El 22 de mayo comuneros de ocho municipios, ecologistas e integrantes de la Comisión del Medio Ambiente de la Arquidiócesis de Monterrey, en un manifiesto público, denunciaron que se trata de un ecocidio en ciernes.
Detallaron que el 25 de octubre de 2018, la sociedad nuevoleonesa se enteró de la aprobación de los permisos para el funcionamiento de Matrimar SA de CV, por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, delegación Nuevo León, 36 días antes de terminar el gobierno de Enrique Peña.
La extensión de esta planta extractora afectaría 383 mil 502.70 metros cuadrados, en una superficie total de un millón 615 mil metros, y la zona de recarga hídrica en el municipio de Doctor González y localidades aledañas.
Desde el principio, Raúl Gracia Guzmán, diputado federal panista apoyó a la empresa, al igual que el diputado local albiazul Juan Carlos Ruiz García y el legislador federal del mismo partido, Martínez Montemayor. No obstante, lugareños y activistas denuncian que la Sierra de Picachos provee beneficios ambientales fundamentales y es indispensable para la salud de los pobladores de la zona.
Además, se encuentra tipificada en la ley como zona de recarga hídrica al lograr una captación de alrededor de 52 mil 500 millones de metros cúbicos de agua al año y de brindar absorción de 2 millones 758 mil 880 toneladas de carbono anuales.
Asimismo en esta región se refugian especies como el oso negro, puma, lobo gris, puerco espín, murciélago canadiense, mariposa monarca, armadillos, halcones, águilas reales, codornices moctezumas, coralillos, víboras de cascabel y guajolotes silvestres. En tanto, la riqueza vegetal incluye tres tipos de encinos, una vasta producción de orégano, candelilla, pinos y cactáceas.
Instalar una o varias pedreras, concesionadas por 30 años, en tan rico y variado ecosistema constituye el inicio del fin del equilibrio ecológico del norte de México, recalcaron los inconformes.
En el documento que hicieron público, demandaron ampliar la actual zona de conservación y protección de la sierra, que es de 75 mil hectáreas, mediante una nueva área natural protegida que tenga extensión de 166 mil 52 hectáreas.