n un mundo que anhela paz y fraternidad, estalla de nuevo la violencia entre el Estado de Israel y el pueblo palestino. Los violentos ataques del ejército israelí, dirigidos supuestamente contra las milicias palestinas Hamas y Yihad Islámica, han recibido como respuesta el lanzamiento por parte de Hamas de más de 3 mil cohetes, con graves efectos destructivos en la ciudad de Jerusalén y más de dos centenares de víctimas letales –niños, mujeres y hombres– entre la población civil.
Infructuosas han sido hasta ahora las gestiones de mediación de Egipto, Qatar y la ONU. Ha sido de pasmo la actitud del Consejo de Seguridad de la ONU al haber evitado hasta ahora pronunciarse en torno al conflicto.
El gobierno mexicano, por su parte, ha expresado, por medio de su representante ante la ONU, su consternación por la agudización del conflicto, su condena al uso desproporcionado de fuerza por Israel y al lanzamiento de cohetes por Hamas, además ha exhortado al Consejo de Seguridad para que formalmente se pronuncie en relación con el conflicto armado palestino-israelí.
Urge, ante todo, tomar medidas para la protección efectiva de la población civil. Urge que las naciones que forman la ONU reconozcan a Palestina como Estado nacional y lo incorporen a la Organización como miembro con derechos plenos.
El Estado Palestino, a julio de 2019, ha sido reconocido diplomáticamente por 139 de los 193 miembros de la ONU, entre ellos 26 de nuestro continente. Penosamente nuestro país, desde 1988, ningún paso ha dado en este sentido.
Urge ya que el gobierno mexicano reconozca al Estado Palestino.
Asimismo, es preciso y urgente que quienes buscan la paz en el mundo presionen al gobierno de Estados Unidos, al presidente Biden, que mantiene indecisión ante el conflicto actual, y exigirle que deje de brindar apoyos abiertos y subrepticios al gobierno de Israel, demandándole el cese de las hostilidades armadas y de cualquier otro tipo en apoyo a las acciones y pretensiones hegemónicas de Israel en la región.