Viernes 14 de mayo de 2021, p. 8
Miami. Ambos son músicos exitosos y nacieron en Cuba, pero uno se fue de la isla a finales de los años 80 para perfeccionarse profesionalmente y no ha regresado. El otro, en cambio, reside con su familia en La Habana y no piensa mudarse a otro país.
La vida y carrera del violinista Ilmar y del pianista Aldo López Gavilán era casi un secreto conocido sólo por sus allegados y algunos expertos en el mundo de la música. Separados durante décadas por la distancia física y los vaivenes de la situación política entre Estados Unidos y Cuba, soñaban con grabar algún día juntos un disco y hacer una gira de conciertos.
El sueño se hizo realidad a través del documental Los hermanos (The Brothers), que después de haber pasado por varios festivales internacionales se estrena este viernes en salas de cine reales y virtuales de Miami, Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Washington, entre otras ciudades.
La música no se deja meter en ninguna caja geográfica o circunstancia
, aseguró Ilmar en una entrevista reciente por Zoom con The Associated Press. Es una criatura mágica, no se deja atrapar
.
Sin profundizar en el tema político, el documental muestra cómo esas restricciones afectaron a la familia de los hermanos, manteniéndolos separados y alejados de sus sueños musicales conjuntos durante años.
A lo largo de poco más de 80 minutos, el filme expone los contrastes de la vida de Ilmar y Aldo, tanto en la cotidianidad de La Habana y Nueva York, como en sus carreras artísticas. Pero más allá de las diferencias, muestra que cada uno logra superarse como músico.
Los directores estadunidenses Ken Schneider y Marcia Jarmel quieren enviar este mensaje: la capacidad de la música de superar obstáculos y conectar a la gente.
Las posibilidades de cruzar la frontera
Es una película sobre la música, y la familia, y las posibilidades que existen cuando se cruzan las fronteras, cuando la gente puede colaborar
, señaló Jarmel. Aclaró que no es un documental político.
Es más bien una mirada de lo que pasa en los países a través de los ojos de la música y las relaciones familiares, precisó.
Nacidos en el seno de una familia de músicos, los hermanos se separan cuando el mayor, Ilmar, siguió los consejos de una maestra y, a los 14 años, viajó con su madre a la entonces Unión Soviética (actual Rusia) para perfeccionarse como músico y cursar allí la secundaria.
En La Habana quedaron Aldo, de 8 años, y su padre, que los extrañaron a más no poder. Un año después regresó la madre.
Hasta entonces Ilmar y Aldo eran muy cercanos, pero nunca habían tenido la oportunidad de tocar juntos.
Intercalando imágenes de la modernidad neoyorquina con edificios antiguos de Cuba, fotografías y relatos de ambos con recuentos de amigos y miembros de su familia, el documental sigue sus vidas de manera paralela hasta que se rencuentran en La Habana. A partir de ese momento, se ven numerosas veces, trabajan juntos y dan conciertos.
Ilmar continuó sus estudios en España una vez que terminó en Rusia, antes de establecerse en Estados Unidos.
Aldo estudió cuatro años en Londres, pero luego volvió a Cuba, donde encontró sus afectos familiares y a su novia de toda la vida, con la que se casó. En el documental cuenta que nunca pensó en irse a vivir a otro país, y que ha podido desarrollarse al máximo de las posibilidades que la isla le ha ofrecido.
Ilmar ha tocado el violín junto a artistas como Chick Corea, Itzhak Perlman y Gary Burton. Aldo, en tanto, ha colaborado con el maestro Claudio Abbado y los directores de orquesta Michael Butterman y Josep Caballé-Domenech, entre otros.
La película llevó 18 meses de filmación que incluyeron varios viajes a Cuba, donde los directores contrataron a un equipo totalmente local de camarógrafos, productores y asistentes. En 2020 formó parte de la oferta del Festival del Nuevo Cine de La Habana.
Grabaron el álbum Gavilan Brothers (Hermanos Gavilán), en el que forman un dueto de música clásica y jazz, en un estudio independiente en Nueva York en 2019, mientras filmaban el documental.