Marruecos violó acuerdos de alto el fuego firmados en 1991, sostiene jefe militar
Domingo 9 de mayo de 2021, p. 6
En la visión de los líderes del Frente Polisario, el Sahara Occidental vive desde noviembre del año pasado la segunda fase de la guerra
con Marruecos. Lo que los países aliados de Rabat y Naciones Unidas clasifican como meros enfrentamientos entre tropas marroquíes y saharauis, para sus comandantes militares es la reactivación de la guerra por la plena descolonización.
Así lo expresa Habuca Breika, alto oficial del ejército de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), director de la Escuela de Instrucción Militar del Frente Polisario, en la transmisión de una conferencia virtual en que se analizó el incierto panorama de esa nación sin territorio propio.
Dos hechos registrados en los últimos meses del año pasado rompieron el impasse que se abrió hace 30 años con la firma de un alto al fuego entre los gobiernos del Frente Polisario y Marruecos bajo el compromiso de que, mediante la Misión de las Naciones Unidas para la Realización de un Referéndum (Minurso), se realizara una consulta para definir la autodeterminación del Sahara Occidental. El compromiso nunca se concretó y la ocupación militar marroquí se consolidó. La población desplazada ha pasado ya más de cuatro décadas en campamentos de refugiados en la región de Tindouf, Argelia.
Rabat expande su dominio
Un hecho fue la construcción y apertura de una carretera que cruza los territorios ocupados del Sahara hasta el extremo sur, la llamada brecha de Guerguerat, para unir Marruecos con la frontera de Mauritania, en un gesto que se ha entendido como la expansión del dominio marroquí. Esa vía no está contemplada en los acuerdos de alto al fuego de 1991 y el gobierno del Frente Polisario lo tomó como una acción bélica que rompió la tregua.
La otra acción fue una última patada del ex presidente Donald Trump al equilibrio del norte de África. Pocos días antes de terminar su mandato proclamó –por Twitter, además– el reconocimiento de Washington a la soberanía del reino alauita sobre el país ocupado, contraviniendo todo lo establecido en el derecho y las convenciones internacionales.
El ejército de la RASD reanudó hostilidades. En este periodo nosotros no perdimos el tiempo. Mantuvimos el adiestramiento de nuestras tropas y ampliamos nuestras posibilidades tácticas
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Desde el 14 de noviembre y hasta la fecha, las tropas del Frente Polisario atacan a diario las posiciones marroquíes a lo largo del extenso muro defensivo que levantó Rabat para segregar la zona poblada del Sahara de otra llamada territorio liberado (20 por ciento de la superficie del país), de desierto yermo. El muro, 2 mil 700 kilómetros de largo, es también la zona de mayor densidad de minas antipersonales en el mundo.
Con nuestra táctica de guerra de desgaste y conocimiento del terreno hemos sido efectivos desde el punto de vista operacional
, aseguró el militar de alto rango en una intervención pública poco común.
De jaimas a casas de adobe; la pérdida de la ilusión
Por su parte, Yolanda Sobero, periodista española que ha cubierto todo este devenir histórico de la ex colonia ibérica, autora del libro y el documental Voces y silencio del Sahara (2010, para RTVE), describió, como una explicación sobre los motivos que ahora agotaron la paciencia de este pueblo del desierto, la transformación del paisaje en los campamentos de refugiados del Sahara Occidental, asentados en el extremo argelino: desde la llegada de los refugiados, en los 70, los asentamientos se mantuvieron más o menos igual: jaimas (tiendas de campaña) por doquier.
En los últimos años esto ha empezado a cambiar. Cada vez más hay pequeñas casas de adobe. Las jaimas representaban la ilusión de regresar pronto a su tierra. Las casas significan que esa ilusión se está extinguiendo
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A su vez, el escritor Malainin Lakhal, actualmente representante de la RASD ante el gobierno de Botswana, explicó que estos dos hechos recientes, la reactivación de las hostilidades y el reconocimiento de Trump, que no ha sido rebatido ni revertido por el nuevo gobierno en Washington, hacen del diferendo saharaui-marroquí un escenario completamente nuevo.
Lo que no ha cambiado, dijo, es que la ONU y la comunidad internacional siguen dando la espalda al derecho internacional en este caso
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