Jueves 8 de abril de 2021, p. 12
El fenómeno de la migración no se detendrá, por eso México tiene que trabajar en programas de integración más allá de control de flujos
, coincidieron especialistas. La realidad es que muchas personas, sin importar el deseo que tuvieran en un origen, como por ejemplo llegar a Estados Unidos, se quedan aquí por diferentes razones
, dijo Carmen Fernández Casanueva, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), unidad regional sureste.
En el octavo simposio Los mexicanos que nos dio el mundo: inmigración y diversidad cultural, también destacó las situaciones complejas que han enfrentando los migrantes durante la pandemia, una población que ya de por sí estaba marginada, con problemas, perseguida
y discriminada.
Indicó que la pérdida de empleos en este sector de la población fue mayúscula, ya que la gran mayoría de estas personas sobrevivían en la economía informal
y tuvieron que buscar nuevos medios de subsistencia. Es cuando empieza a surgir una gran creatividad para vender en otros espacios que no estuvieran cerrados, por ejemplo, vender cubrebocas en colonias marginales
o ir de casa en casa.
De igual manera, Fernández Casanueva dijo que la falta de recursos para pagar una renta provocó hacinamiento en espacios y permanencia en la calle. Además, se incrementaron los casos de extorsiones, de pedirles dinero con la promesa no cumplida, por ejemplo, de otorgar documentos
irregulares, o de que los llevarían a Estados Unidos.
Tanto Fernández Casanueva como Edith Françoise Kauffer, también del Ciesas, coincidieron en que la migración de personas de Honduras y Guatemala a México data de varias décadas atrás. En el caso de los guatemaltecos, desplazados empezaron a huir de su país a principios de los 80.