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Estallidos de creatividad y momentos de frustración en el año más difícil para la música

Los conciertos en línea, refugio para el sector ante la desaparición de los soportes de la industria

 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de marzo de 2021, p. 7

Hace un año Elvis Costello pudo ver los huecos en la multitud de un concierto en Manchester, y se dio cuenta de que para proteger a su equipo y a su auditorio, la decisión tendría que venir de él.

“Me desperté a la mañana siguiente y pensé: ‘se acabó, si nadie va a tomar la iniciativa aquí, lo haré yo’. Dos semanas de cuarentena después me reuní con mi familia. Estaba en una pequeña cabaña en la isla de Vancouver, y me preguntaba: ‘¿a dónde fue todo el mundo?’”

Frank Turner, quien hacía una gira acústica por Reino Unido, tuvo la misma sensación. “Los últimos días fueron muy raros. El gobierno, en su infinita sabiduría, anunció que las reuniones masivas eran probablemente una mala idea, pero no fueron prohibidas. Pensaba, ‘qué felicidad, Boris, eso es muy útil para mí’, tanto en términos de decidir situaciones como la financiera, seguros, ese tipo de cosas.

Por un lado, tenía un contrato para hacer el espectáculo, la gente había comprado entradas, a esto me dedico y, por el otro, no quería empeorar las cosas o poner a alguien en peligro. Tocamos en Southend, y sólo 60 por ciento de la gente se presentó, y el debate nacional había cambiado en pocos días, contó el músico a The Independent.

Poco sospechaba el mundo de la música que esa vibra permanecería al menos todo el año. Muchos músicos se confinaron, anticipando algunos meses de mucha escritura y desintoxicación antes de que los conciertos volvieran a la normalidad. Lo que ocurrió fue el año más difícil en la memoria viva de la industria musical.

De abajo hacia arriba, las estructuras que soportan a la industria musical fueron disueltas. Giras, festivales y lanzamientos de álbumes desaparecieron como borradas por un meteorito. Aun así, muchos músicos han podido encontrar el lado positivo de la situación.

Brandon Flowers, vocalista de The Killers, está entre los que gozaron de un estallido creativo durante los meses de aislamiento. Las canciones han estado fluyendo. En este punto por lo regular estaría de gira, promoviendo y celebrando el disco que acabamos de hacer. Además, dejando todo eso de lado, acabo de volver al piano y al estudio. Quedé gratamente sorprendido de saber que tenemos esta especie de músculo que ejercitas, masajeas y fortaleces cuando escribes, y luego sales de gira y paras. Ha sido muy interesante mantener eso andando y muchas canciones han surgido.

Se pendía de un hilo

De todas formas había una sensación casi tangible de que la música pendía de un hilo, con carreras nuevas que naufragaban. Hay un momento en el que tienes la oportunidad de dejar tu marca en la industria, algunos grandes músicos seguramente se han perdido eso y creo que es una pena, afirmó Turner.

Recién recibíamos un soplo de viento en favor en 2019, indicó el cantante Will Taylor, de Flyte. Acabábamos de terminar un disco, estábamos listos para volver al camino de forma inmediata, era un momento emocionante para nosotros y en definitiva hubo también una sensación de frustración.

Algo similar le ocurrió a la cantante Celeste. “Es difícil decir por el momento qué impacto, bueno o malo, tendrá este año en mi carrera. Había recibido algunos elogios a principios de este año, teníamos la idea de ‘seguir, seguir’, y luego no pudimos, así que hubo un periodo en el que yo seguía saturada”.

Dichos problemas se acentuaron por la desaparición de la principal fuente de ingresos de los músicos. Frank Turner estima que sus ganancias cayeron 95 por ciento en 2020, forzándolo a mudarse fuera de Londres. A pesar de eso, gracias a sus regalías de streamings, mercancía y producciones, el músico teme más por los actos menos establecidos.

Catherine Anne Davies, conocida como The Anchoress, es testigo de dichas afectaciones. Conozco a muchos músicos que han vuelto a mudarse con sus padres, a muchos que se han ido y conseguido otros trabajos o que han abandonado éstos por completo, y es muy triste por todo lo que hemos invertido en nuestra educación y carrera, en prácticas y equipo. Tal vez has sido un músico profesional 10 años, y es insultante sugerir que deberías retirarte y hacer algo más.

Davis pagó su hipoteca de 2020 lanzando versiones de sus canciones favoritas en línea, aprovechando el influjo del tráfico de buena voluntad en los viernes de Bandcamp sin comisiones mensuales.

Turner, por su parte, encontró en los streamings un refugio. Me mantuvo cuerdo. Uno de los retos más difíciles del año pasado es tratar de encontrar forma y estructura en este interminable desierto de no hacer nada. En términos de mi salud mental y adicciones, sé que son los momentos en que no tengo ninguna forma ni estructura en mi vida que caigo en esos terribles hábitos.

A principios del confinamiento los conciertos en línea estallaron. Chris Martin, Neil Young, Bono y John Legend marcaron el camino a tomar. Aparecieron actos masivos como el One World: Together at Home de Lady Gaga que atrajeron a masivas audiencias. El sector duplicó su tamaño; de la catástrofe surgió una nueva forma de entretenimiento y, aun así, el formato no parecía ser una alternativa viable a las giras.

El concierto es un intercambio de energía, una conversación, y no se puede tener una jodida conversación con una laptop..., opina Frank. “Un concierto se trata mucho de balancearte al lado de un extraño, cantar o bailar, es esa sensación de formar parte de algo más grande. Todo ese streaming realmente ha acentuado lo que extrañamos”.

A pesar del difícil año, la música permanece positiva. Hay esperanza de que al resaltar la difícil situación económica de los músicos la era Covid pueda inspirar una revisión del sistema de streaming que paga a los artistas apenas una minúscula parte.