Sábado 20 de marzo de 2021, p. 31
Ciudad Juárez, Chih., Estados Unidos está expulsando a los migrantes a México, lejos de donde son sorprendidos cruzando la frontera, según testigos de Reuters, en una medida que elude la negativa de las autoridades de Tamaulipas que se niegan a recibir familias migrantes con niños.
La práctica es una señal de que el presidente Joe Biden está endureciendo su enfoque a la creciente crisis humanitaria en la frontera entre Estados Unidos y México, después de que las súplicas de su administración para que los migrantes centroamericanos se quedaran en casa no dieron los resultados esperados.
Algunas familias atrapadas en la frontera en el Valle del Río Grande de Texas dijeron en entrevistas que fueron trasladadas en avión a El Paso, Texas, después de estar detenidas sólo unos días. Desde allí, fueron escoltados por funcionarios estadunidenses hasta el puente internacional a Ciudad Juárez, a unos mil 300 kilómetros de donde fueron recogidos por primera vez por agentes fronterizos.
Esta semana, un fotógrafo de Reuters vio aviones aterrizando en El Paso cargados con decenas de familias migrantes con niños pequeños, incluidos bebés, y luego vio a las mismas familias cruzando el puente internacional.
Pasajeros entrevistados por Reuters cuando bajaban del avión dijeron que agentes fronterizos los habían despertado en sus celdas de detención por la noche y que no les habían dicho a dónde iban, al subirlos en autobuses y llevarlos al aeropuerto.
Landon Hutchens, portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, dijo que debido a la falta de capacidad en el Valle del Río Grande los migrantes han sido enviados a El Paso para su procesamiento, así como a Laredo, Texas, y San Diego, California.
El traslado de migrantes a El Paso fue informado por primera vez en el Dallas Morning News.
Si bien Estados Unidos ha estado expulsando a miles de personas que cruzan la frontera ilegalmente, Tamaulipas, que se encuentra al otro lado de la frontera con Texas, no ha aceptado a familias que regresan con niños más pequeños, lo que presenta un problema para la administración de Biden.
Las autoridades han liberado a cientos de familias en refugios y les han exigido que comparezcan ante un tribunal de inmigración para reducir el hacinamiento en instalaciones fronterizas.
Dylan Corbett, director del Hope Border Institute, una organización defensora de migrantes, informó que la mayoría de las familias expulsadas a Ciudad Juárez, después de cruzar el sur de Texas, tienen hijos menores de siete años.
Han sido devueltos a Juárez a una situación de extrema vulnerabilidad
, enfrentando peligros de traficantes de personas y grupos delictivos organizados, denunció Corbett en una entrevista, y agregó que los refugios en México están llenos debido a la pandemia.
Edna Sorto, quien llegó de Honduras con sus dos hijos pequeños, se sentó en el piso de una oficina de inmigración en Ciudad Juárez poco después de cruzar el puente desde El Paso. Docenas de familias se arremolinaban alrededor de la oficina con niños pequeños y bebés durmiendo en el piso.
No nos preguntaron por qué veníamos ni adónde íbamos o quién podía recibirnos en Estados Unidos
, dijo Sorto entre lágrimas y con los gritos de los niños al fondo, quienes decían que tenían hambre. Simplemente vamos a esperar aquí y ver qué nos dicen, ver si podemos encontrar un lugar para quedarnos
.
Bajo presión
La nueva práctica de expulsar familias a una parte diferente de México se produce cuando el gobierno de Biden enfrenta la presión tanto de los críticos como de algunos partidarios por su manejo de la crisis en la frontera.
Los republicanos culpan del aumento de los cruces fronterizos ilegales a las políticas de inmigración del demócrata Biden y lo que consideran es su mensaje mixto para los posibles migrantes.
Gil Kerlikowske, comisionado de la patrulla fronteriza durante tres años con Barack Obama, dijo que la dependencia de la administración Biden de los mensajes fue un gran error
. “Tenemos más de 25 años de mensajes en México y Centroamérica, desde carteles en autobuses y marquesinas hasta anuncios de radio y más, que dicen: ‘No vengas, es peligroso’, y durante 25 años ese mensaje no ha sido escuchado para nada”.
Más de 500 de los aproximadamente 4 mil 500 niños no acompañados retenidos por la patrulla fronteriza hasta el jueves han estado allí durante más de 10 días, por encima del límite legal de tres días, según datos del gobierno estadunidense compartidos con Reuters.