Con la puesta en práctica de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), que entró en vigor ayer, el principal cambio está en el mecanismo de despacho de las centrales eléctricas, que ahora da prioridad a la energía limpia producida por las hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con el fin de otorgar al sistema eléctrico nacional confiabilidad, continuidad y seguridad, se desprende de la nueva legislación.

En la nueva LIE desaparecen las subastas obligatorias para la compra de energía adicional a los particulares, mayormente eólica y solar, que son intermitentes.

Ahora los certificados de energías limpias (CEL) serán otorgados a cualquier productor, sin importar la antigüedad de la planta. Antes de la entrada en vigor de la nueva LIE, la CFE estaba impedida a obtener estos certificados pese a que producía energía limpia en sus centrales hidroeléctricas.

Antes de la entrada en vigor de la actual LIE se privilegiaba el despacho de la energía generada por las centrales privadas, principalmente de las renovables como la eólica y fotovoltaica, según especialistas.

Las hidroeléctricas tenían que entrar a generar como respaldo, sin que la CFE fuera retribuida, cuando se presentaba la interrupción del fluido por la ausencia de sol o viento, lo que propiciaba elevados costos operativos para la empresa del Estado, ha explicado la CFE.

El sistema del despacho en el que se privilegiaba a las eólicas y fotovoltaicas, impuesto en la anterior ley, era uno de los mecanismos destinados a dar privilegios a la generación privada, argumentó el gobierno federal en su exposición de motivos para impulsar los cambios, de acuerdo con la información oficial.

Sin embargo, Ramses Pech, experto en temas energéticos, advirtió que el problema principal en la generación de energía en las centrales hidroeléctricas es que su capacidad de generación es de 9 por ciento del total y dependerá de la capacidad de almacenamiento de las presas y de que no se presenten sequías.

Destacó que ahora se suministrará a la red primero la energía producida por las hidroeléctricas de la CFE, en segundo término la generada por las centrales de la propia empresa estatal, como la de energía nuclear, las geotérmicas, ciclos combinados y las termoeléctricas. Luego, las de los productores independientes de energía (PIE) que le venden a la CFE; en tercer término las centrales eólicas y solares de particulares, y por último las centrales de ciclo combinando de privados.

Alertó que ahora el desafío para el Centro Nacional de Control de la Energía (Cenace) será lograr un despacho eficiente de energía a todas las regiones del país, tomando en consideración que algunas regiones de consumo están alejadas de las centrales de generación. como es el caso de la Península de Yucatán.

Desaparecen subastas

Con la LIE que entró en vigor a partir de este miércoles desaparecen las subastas obligatorias para la compra de energía adicional a los particulares, mayormente eólica y solar. Con la anterior ley, si se requería de energía adicional la CFE tenía que adquirirla en el mercado eléctrico mayorista (MEM).

Este mecanismo impedía a la CFE contar con coberturas de energía y capacidad en grandes volúmenes y suficientes debido a que la energía que en mayor proporción se contrataba era de las energías intermitentes (eólica y fotovoltaica), como lo demostraron las tres subastas en el MEM.

La CFE identificó como el esquema de autoabastecimiento fue objeto de abusos, ya que los permisos de generación fueron expedidos a empresas cuyo objetivo primario no era la producción de energía eléctrica para su propia consumo.

La legislación ya en vigor señala que los contratos de compraventa de energía eléctrica con productores independientes (regulados al amparo de la ley anterior) serán revisados para garantizar la rentabilidad para el gobierno federal y si no existe, serán renegociados o terminados anticipadamente.