Viernes 26 de febrero de 2021, p. 6
Cuando dejó de pagar las extorsiones exigidas por las pandillas en Petén, Guatemala, Jorge Mario recibió un balazo que le destrozó varias costillas y le dejó cierto grado de discapacidad motriz. Sobrevivió al atentado, pero no estaba dispuesto a exponerse más.
Huyó rumbo al norte junto a su esposa. Llegaron al punto de entrada a Estados Unidos el 8 de julio de 2019 y solicitaron asilo, pero se encontraron con el programa Quédate en México –del gobierno de Trump–, por lo que se les envió a Tamaulipas a esperar que la corte migratoria estadunidense definiera su caso.
Han aguardado 19 meses en Tamaulipas, pasando hambre y otras dificultades, confiando en que su trámite se resuelva. Ayer, por fin cruzaron. Es una luz al final del túnel, por fin tendremos una nueva vida
, dijo Jorge Mario en entrevista con La Jornada vía remota.
Ambos estuvieron en el primer grupo de 27 migrantes que entraron a Estados Unidos y que habían permanecido en el asentamiento de Matamoros. Sus casos estaban pendientes bajo dicho programa, llamado oficialmente Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés). Todos cumplieron con los requerimientos de las autoridades vecinas, incluidas pruebas negativas a Covid-19
Vigente desde enero de 2019, el MPP fue emblema de la administración de Donald Trump para frenar los flujos irregulares. Sin embargo, su sucesor, Joe Biden, le pondrá fin, para lo cual se dará trámite a 25 mil casos pendientes bajo ese programa, de la mano con el gobierno mexicano y organizaciones internacionales.
Como informó ayer este diario, debido a los altos índices de violencia en Tamaulipas, la administración de Biden prioriza en este proceso a las personas que se encuentran en el campamento de Matamoros, donde hay alrededor de 750.
Con apoyo de las agencias de la ONU para los Refugiados, para las Migraciones y para la Infancia, y de la Cruz Roja Internacional, ayer ingresaron a Estados Unidos los primeros 27 migrantes de ese asentamiento.