Viernes 12 de febrero de 2021, p. 23
Santiago. Representantes del gobierno chileno se apresuraron este jueves a desmentir y corregir las xenófobas afirmaciones emitidas un día antes por el canciller Andrés Allamand en el sentido de que los extranjeros en situación irregular y sin residencia en el país, serían excluidos del masivo proceso de inmunización contra el Covid-19.
Vacunaremos a los inmigrantes, nunca hemos dicho lo contrario
, precisó el ministro de Salud, Enrique Paris, mientras su par del Interior, Rodrigo Delgado, matizó diciendo que el canciller puso ese tema y ha sido precisado por el jefe de Extranjería, por el ministro Paris, y si quieren me sumo: lo que tengo que decir es que las personas que están de manera irregular en Chile son Fonasa (Fondo Nacional de Salud, estatal), por lo tanto les corresponde la vacuna
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Allamand –ultraderechista que el año pasado, antes de ser canciller, lideró y se declaró en contra de producir una nueva Constitución en Chile– aseguró anteayer que serían excluidos de la vacunación contra el Covid-19 los extranjeros que estén en el país en situación irregular, pero que no hayan iniciado los trámites de solicitud de una visa temporal o definitiva
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Eso fue casi de inmediato desmentido por el jefe de Extranjería del Ministerio de Interior, Álvaro Bellolio, quien precisó que el Fonasa da cobertura a los migrantes que están de forma irregular en Chile (porque) son Fonasa A; por lo tanto, tienen acceso a la vacunación
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La discriminación sugerida provocó la repulsa de científicos, investigadores y ex ministros de salud. La Red Chilena de Investigadores en Salud y Migración (Rechisam) dijo que esta medida es una grave exclusión humanitaria, de carácter discriminatorio e inequitativo, de personas migrantes en condiciones de severa vulnerabilidad social y de salud en todo el territorio nacional y la región de Latinoamérica
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Cinco ex ministros de Salud aseguraron que el anuncio carece de racionalidad sanitaria y económica, porque dificultará cortar la circulación del virus, resultando inevitablemente en más contagios y fallecidos
, a la vez que “transgrede los derechos humanos y pone en duda la necesaria universalidad de un programa efectivo de vacunación, instalando de facto una discriminación que viene a enlodar un proceso que había sido impecable, apoyado por todos y de admiración mundial”.