Después de contagiarse de Covid-19, el campeón mundial minimosca de la OMB, Elwin Soto, tiene la impresión de que está empe-zando su carrera. Aun cuando no padeció una enfermedad fuerte, los estragos en la condición física son significativos y representan un reto para retomar los planes de unificar el título en un par de meses.

Soto fue discreto durante su enfermedad. No lo conté porque no es grato estar contagiado, dice el bajacaliforniano. Es la primera vez que lo comento de forma pública porque ya lo superé. Pero cuando estaba mal no quise que se supiera.

El campeón defendió su título a finales de octubre. Poco después de ese combate se contagió y se aisló en su comunidad, San Felipe, Baja California. Una localidad de pescadores donde antes de infectarse se sentía seguro por lo retirada y pequeña que es la población.

Afortunadamente no fue una enfermedad fuerte y, al menos, ya había cumplido mis compromisos, se consuela.

El 2020 fue un año difícil para el boxeo, como para todas las actividades. Elwin pospuso su regreso y antes de retomar la actividad en octubre, vivió en la incertidumbre sobre el futuro de su trabajo. Ese combate le devolvió la tranquilidad.

Cuando se suspendió todo por la pandemia, uno se desesperaba porque no sabíamos cuándo ni cómo íbamos a regresar, recuerda Soto; al menos pude defender mi cinturón. Habría sido terrible que ni eso hubiera logrado. No se me cayó el compromiso, como le ocurrió a varios boxeadores que se infectaron.

Después de cumplir con el periodo de aislamiento y de convalecencia, hace unas semanas regresó al entrenamiento. Volver al trabajo, que es una rutina de su oficio, lo sorprendió de forma desagradable, pues hubo una repercusión notoria en su rendimiento físico.

No es como cuando uno deja de entrenar por descanso, explica; es sorprendente cómo deteriora la condición física. Me cuesta demasiado, como nunca. Siento como si estuviera empezando en esto, como si arrancara de cero.

Con dificultad, confía que pronto retomará su nivel. Mientras, le reconforta pensar que 2021 tiene más posibilidades de trabajo para los boxeadores, una vez que se ha encontrado una fórmula de emergencia en la industria del pugilismo.

A ver cómo ayudan las vacunas. De momento ya hay lugares donde puede entrar público. Este año debe ser un poco mejor que el 2020, concluye.