Opinión
Ver día anteriorMartes 9 de febrero de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
La 4T en el contexto mundial
V

a quedando claro que el futuro del planeta es rojo y verde. Que la situación mexicana no es ni exclusiva ni única, sino que reproduce lo que sucede a escala global, donde los ciudadanos del mundo se enfrentan a distintas fuerzas para reducir, detener o suprimir la doble explotación que una minoría de minorías ejecuta sobre el trabajo de la naturaleza y el trabajo humano. La enorme ignorancia que prevalece entre dirigentes y teóricos de la emancipación mexicana sobre lo que sucede en el resto del mundo, los limita y los exhibe. No sólo se trata de tener presente las luchas sociales y ambientales de América Latina, sino de otras muchas latitudes. Hoy, el proceso emancipador probablemente más avanzado del mundo es el que escenifica el pueblo kurdo, una sociedad confederada sin Estado de inspiración ecológica y feminista que existe en un amplio territorio de Turquía, Irak, Irán y Siria. El Kurdistán, con 26 millones de pobladores, existe en buena medida por el liderazgo y pensamiento de Abdulah Ocalan, preso desde hace 10 años por el gobierno turco, y cuyas obras iluminan por lo avanzado y riguroso de sus planteamientos y la calidad de sus lecturas.

En México también los emancipadores tienden a ignorar o minimizar el papel de la ciencia. No de la tecno-ciencia, especializada, reduccionista y al servicio del capital, sino de una ciencia comprometida con la sociedad y con la naturaleza. Un ejemplo es Extinction Rebellion, movimiento de resistencia civil pacífica que nació en Inglaterra en 2019 con el pleno apoyo de 100 científicos y hoy tiene ya presencia en 80 ciudades de 33 países. O de la revolución agroecológica de Latinoamérica, que moviliza a millones de pequeños productores desde Cuba hasta Brasil y se nutre del trabajo de miles de científicos y técnicos. O el de las nuevas ecotecnologías que están implementando diseños energéticos a escala de hogares, comunidades y municipios, una vía muy diferente a la que imponen las corporaciones eólicas y solares por todo el mundo (incluyendo México). O el de las Ciudades en Transición (Transition Towns) que buscan vivir sin petróleo, o en fin el Consorcio TICCA que agrupa 160 organizaciones de pueblos indígenas y comunidades locales y que construyen territorios de vida para defender biodiversidad y cultura.

La humanidad avanza porque hay más información, conocimiento, comunicación y conciencia. A pesar de la ominosa combinación de la pandemia de Covid-19, el cambio climático, la posibilidad de una guerra nuclear y el rebrote del pensamiento rígido, inflexible y sectario. Los avances no pertenecen a ninguna ideología, como insisten los intelectuales dogmáticos, ni tienen marca alguna. Los avances van tomando diversas configuraciones y siguen rutas diversas, como lo hace el agua en su eterno movimiento hacia el mar. En cada situación los arroyos permanecen aislados o se unen para formar ríos robustos y finalmente enormes vertientes. El avance de la humanidad es polícromo como la wiphala, la bandera de la civilización andina.

Es indudable que en México no estamos frente a un gobierno de izquierda, sino ante un gobierno híbrido, donde coexisten proyectos emancipadores con proyectos que continúan e incluso acrecientan la modalidad neoliberal (el caso más exitoso de esta modalidad es China). Tras dos años queda claro que el proyecto de la 4T reproduce en buena medida lo ocurrido con los llamados gobiernos progresistas de América Latina (aunque todos miran con gran esperanza el segundo ciclo de Bolivia). Este reconocimiento permite no sólo aceptar las contradicciones y claroscuros existentes, sino especialmente identificar dentro del Estado las fuerzas que sórdida o explícitamente se enfrentan permanentemente. Para las fuerzas sociales que batallan, resisten y avanzan, y que proceden de una tradición de décadas, este reconocimiento permite concertar alianzas estratégicas y superar las posiciones radicales de una izquierda tozuda y visceral, anclada como un barco enmohecido en las ideologías del siglo XIX. No hay, por ejemplo, diferencia mayor entre los posicionamientos del EZLN y los de Frena; ambos podrían convocar a eventos conjuntos o suscribir los mismos manifiestos, pues sus discursos hepáticos, plenos de fantasías y de calumnias, son coincidentes.

En esta perspectiva lo que se debe evaluar es qué tanto el gobierno de la 4T va dejando avances para las fuerzas de emancipación global, las que realizan una gran guerra por la supervivencia de la especie humana y el resto del mundo vivo. Si se avanza o no para enfriar, no calentar, el planeta; para empoderar no empobrecer las capacidades de autogestión, autogobierno y autodefensa; para hacer más vigorosas las defensas de los valores humanos y de la naturaleza, en un proceso que es más lento y más lejano de lo que nos imaginábamos, pero que sigue avanzando a pesar de todo.