or iniciativa de Francisco Toledo, en 1992 se creó el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO). Para ello se acondicionó la llamada Casa de Cortés en el Centro Histórico. Este proyecto del fundador de instituciones y mecenas tuvo el apoyo ciudadano de artistas y galeristas, y el financiero del gobierno estatal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

Para cumplir con los objetivos del MACO se instauró la Asociación Civil Amigos del MACO, presidida por Toledo. Entre sus tareas, designar al director del lugar y acordar las actividades que allí se celebrarían. Muchos artistas expusieron con éxito sus obras en dicho lugar.

En 2013, Toledo cuestionó crudamente el funcionamiento del museo y exigió renovar la dirección y a los integrantes de la Amigos del MACO, previa auditoría financiera. Faltaban, además, recursos provenientes del sector público. No logró sus objetivos. A finales de ese año se desvinculó del museo.

Recientemente se informó en estas páginas que integrantes de la asociación intentaron cerrar dicho espacio con apoyo de la fuerza pública. Y desconocer los derechos de quienes allí laboran y llevan meses sin recibir su salario. Hasta se divulgó querer convertir el sitio en hotel.

La realidad es muy distinta: el MACO no tiene ya el apoyo financiero acordado por el gobierno estatal. Especialmente, porque quienes hoy lo dirigen no han proporcionado la información financiera y contable que por ley exigen las instancias oficiales.

Es urgente que, de tenerla, a la brevedad se entregue, a fin de saldar los adeudos con los trabajadores y poner nuevamente el MACO en operación, luego de estar cerrado por la pandemia. A la par, varios integrantes de la asociación buscan donaciones de particulares y de reconocidos pintores para solventar la falta de recursos.

Durante 29 años, el MACO ha sido pilar del arte y la cultura. Por eso debe consolidarse, lo que obliga a renovar dirigencia y la propia asociación, como proponen dos de sus integrantes, José Luis Bustamante del Valle y Mayela Audelo Holm.