Martes 26 de enero de 2021, p. 8
A casi un año de la suspensión de actividades no esenciales debido a la pandemia, el resultado es crítico, pues muchas de las productoras de entretenimiento y espectáculos están en quiebra
. Norma Gasca, dueña de la empresa Rock Show Entertainment, creadora de festivales musicales y coartífice de la iniciativa Reactivación del Entretenimiento y la Música en México (Remm), acepta errores e ignorancia en el emprendimiento de proyectos y conciertos ante lo que parecía ser una situación sanitaria que se resolvería a mediano plazo.
Ahora debemos tener paciencia para privilegiar la salud; incluso para proyectar y crear, primero tenemos que sobrevivir; hay que cuidarnos, a nuestra gente y al público
.
Gasca explicó: “Esta situación, a mí como a muchos, nos ha llevado –a la mayoría– a la quiebra; no hay ahorros que sostengan esto; que lo sigamos intentando no quiere decir que tenemos los recursos para respaldarnos; por ejemplo, los números de firmas grandes como Ocesa no son de quiebra, pero tienendéficit millonario y despidieron un porcentaje enorme de su personal”.
En mayo pasado, debido a las restricciones, fue anunciada una innovadora propuesta
que tenía en la mira llevar los conciertos en formato streaming con el fin de mantener unidos a los artistas con su público, haciéndolos de pago y creando con ello miles de puestos de trabajo para gente de la industria.
Así surgió el proyecto Remm, con la colaboración del Pepsi Center WTC de la Ciudad de México y el Conjunto Santander de Artes Escénicas en Guadalajara. Este formato se basaba en recursos compartidos y de repartición de porcentajes entre los socios. “Hicimos 26 shows de rock, pop, influencers, jazz o stand up con enormes campañas de publicidad; fuimos pioneros en el streaming, no que lo inventáramos sino que nos animamos a tener esta armada de recursos”.
A septiembre, los resultados fueron extraordinarios en relación con el impacto con el público, pero con muy negativos ingresos económicos. Nuestro objetivo no se cumplió
. Otro aspecto en contra, dijo, fue la voracidad extrema de Editores Mexicanos de Música y la Sociedad de Autores y Compositores de México, que cobra regalías de 6 por ciento de lo facturado por función en vivo
, pero varios productores invitados a colaborar se quejaron al considerarlo un abuso.
Sergio Islas, periodista y relacionista público, expuso: “El reparto de los beneficios por streaming no es justo, se negocia desde una posición de debilidad del artista y de los emprendedores. Además, las plataformas no siempre dejan en claro el reparto del dinero y es casi obligado firmar en condiciones adversas. Lo peor es que, en caso de negarse, las amenazas son claras y los abogados están listos a proceder en contra de los organizadores”.
La realidad, retomó Gasca, fue que casi todos los streamings “tuvieron malos resultados; lo único exitoso y autogestivo fue el stand up, el cual en circunstancias técnicas es muy barato; imagina que nosotros montamos orquestas completas y, según nuestra propia estadística, tuvimos 2 por ciento de lo que solíamos vender en un acto presencial. Todas nuestras facturaciones fueron pequeñas y 80 por ciento de ellas dieron números rojos”.
Gasca e Islas coincidieron en varias posturas: primero, hacer un llamado a la sociedad en pro de la empatía y participar en espectáculosde pago y al gobierno a que colabore con los trabajadores de la cultura, con el fin de volver a construir y florecer en el sector
.
También proponen a la industria plantar cara a los abusos, y emplazar nuevas formas de encontrar beneficios con la música y los espectáculos. La música nos necesita a todo el sector del entretenimiento y no se pueden apagar esta voz
, declaró Islas. Ahora, dijo Norma, “estamos buscando nuevas formas e incubando proyectos, desarrollando pruebas pilotos. No vamos a salir de hacer shows de mil personas si no sabemos cómo reacciona la estructura y la producción”.