¿Qué pasa cuando estás a punto de estrenar el disco de dance más esperado de 2021, pero los clubes llevan cerrados casi un año? Rentamos los estudios Corsica. Probamos los primeros demos ahí sólo para escuchar cómo sonaban en un gran sistema. Pero la vibra es tan diferente cuando no hay nadie, explicó Matt McBriar, miembro del dúo Bicep de Belfast.

Por suerte la falta de pistas de baile no ha disminuido el apetito musical de Bicep. Después de publicar a lo largo de 2020 varias canciones como Apricots y Atlas, con las que llegaron a alrededor de 10 millones de reproducciones en plataformas de streaming, probablemente hayan logrado, sin querer, el mejor álbum de dance de la pandemia.

Un disco que habla de la ansiedad de la vida en 2020

Más introspectivo que eufórico, se trata de un disco que habla de la constante ansiedad de la vida en 2020, aunque casi todas las canciones fueron escritas y grabadas en 2019. Realmente pensamos mucho en escuchar primero en casa este disco, dijo Andy Ferguson desde su estudio al este de Londres.

No usamos el 4/4 y eso nos dio mucha libertad para explorar distintas estructuras y sentimientos. Es más como contar una historia por medio de estos elementos emotivos, comenta Ferguson.

Cuando la pandemia empezó, el dúo estaba mezclando y masterizando el disco. Esperaban poder presentarlo en la Academia Brixton, pero los planes, por supuesto, fueron cancelados. Sin embargo, la pareja parece todavía optimista sobre la carta que el destino les dio.

Aceptamos que todo estaba fuera de nuestro control el año pasado. Estábamos ansiosos por tocar, pero pasará cuando tenga que pasar, admitió McBriar. A diferencia de otros diyéis que continuaron tocando, los miembros de Bicep decidieron parar.

“Ver a estos diyéis consolidados, que tienen dinero, tocando en grandes fiestas durante la pandemia es muy desagradable. Traza una línea entre los artistas que piensan como empresarios y planifican cómo ganar tanto dinero como sea posible mediante cualquier cosa, y la gente que actúa motivada por la creatividad”, criticó McBriar.

No necesitan hacerlo. Tómense un año libre, escriban un disco. Hay mucha gente en la música dance que está mucho peor, están batallando y esto tiñe a toda la industria con una mala luz. Parece que sus egos necesitan ser masajeados constantemente, agregó Ferguson.

Al dúo también le molesta la manera en que el gobierno de Reino Unido ha manejado la industria nocturna durante la crisis sanitaria, así como el presunto rechazo de una visa gratuita para músicos durante las negociaciones del Brexit. Es increíble lo evidente que es su indiferencia. La cantidad de dinero que la industria de la música aporta, pero ni siquiera les importa eso, reprochó McBriar.

Lo que puso a Bicep en el camino para convertirse en un gigante de la música dance fue un blog que la pareja abrió mientras estaba estudiando. La página estaba compuesta por una ola de curiosidades sobre italo-disco y raras canciones del house de los noventa, lo que les trajo una cantidad masiva de seguidores. Para 2010, las ofertas al dúo de diyéis habían comenzado a llegar de todas partes del mundo.

Dos años más tarde, Bicep ya se había formado un nombre en los bajofondos del circuito dance por la canción Vision of love, que se convirtió en unos de los himnos más conocidos de principios de 2010.

Su nuevo disco incluye sonidos que van del Bollywood de los setenta hasta el coro de la estación de radio y televisión de Bulgaria; los músicos incluso han hecho una página web para dar detalles y contexto sobre cada sonido incluido en la grabación.