Jueves 31 de diciembre de 2020, p. 19
Washington. Cuba advirtió ayer a la administración saliente de Estados Unidos que no la vuelva a incluir en la lista de estados que patrocinan el terrorismo, medida que, según se informa, se está debatiendo y que podría obstaculizar la diplomacia del presidente electo, Joe Biden. Denuncio las maniobras del secretario de Estado (Mike) Pompeo para incluir a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo para complacer a la minoría anticubana en Florida
, escribió en Twitter el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
El secretario estadunidense de Estado, Mike Pompeo, analiza la posibilidad –antes de dejar el cargo el 20 de enero– de volver a incluir a Cuba en esa lista negra, lo que impondría severas limitaciones a la inversión extranjera, señaló una fuente no identificada.
La inclusión de un país en dicha lista acarrea sanciones que ahuyentan a inversionistas que no quieren correr el riesgo de sufrir represalias de la economía más grande del mundo.
Citando a un alto funcionario de la administración saliente que no quiso revelar su nombre, la cadena CNN afirmó que Pompeo aplicará la medida en los próximos días
.
El New York Times informó por primera vez que el Departamento de Estado había elaborado una propuesta en ese sentido, pero señaló que no estaba claro si Pompeo la aprobaría.
“#US otorga refugio e impunidad a los grupos terroristas que actúan contra Cuba desde su territorio”, escribió Rodríguez, en una referencia habitual a los activistas anticomunistas cubanoestadunidenses.
La discusión surge antes del 60 aniversario (el 3 de enero) de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la isla tras la revolución cubana encabezada por Fidel Castro.
En la administración del ex presidente Barack Obama, Estados Unidos reconoció el fracaso de la política de aislar a La Habana, estableció relaciones diplomáticas y eliminó a Cuba de la lista de estados terroristas en 2015.
Biden no ha dado detalles sobre su futura política hacia Cuba, pero ha indicado que volvería a relajar las restricciones a los estadunidenses que viajan a la isla y el envío de dólares, mientras sigue planteando preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos.