S
i permitimos que los republicanos establezcan los parámetros del debate en curso, como lo han hecho en el actual paquete Covid de ayuda, los próximos dos o cuatro años van a ser un desastre
, expresó en un correo electrónico a sus seguidores el senador Bernie Sanders.
La lucha de clases se refleja pocas veces tan nítidamente en las actividades gubernamentales como en la discusión parlamentaria de la asignación de fondos públicos. Se trata de una puja por la distribución de los recursos públicos entre los representantes de las distintas clases y capas sociales. Nunca en la historia del capitalismo los sectores desfavorecidos resultaron más despojados en la asignación de recursos que en la etapa neoliberal. De la misma manera, nunca los sectores más privilegiados recibieron beneficios mayores del presupuesto que en ese periodo.
El mensaje de Sanders a sus seguidores es un ejemplo muy claro de esto. Argumenta contundentemente las deficiencias del paquete de ayuda para los afectados por el Covid-19 y la crisis económica que ha generado, más grave debido al ligero y criminal manejo de la pandemia por el presidente Trump.
Reconoce que el paquete contiene un aumento no retroactivo del seguro de desempleo hasta marzo de 300 dólares por semana y dedica fondos a escuelas, cuidado de niños, Internet, ayuda para comida y vivienda, distribución de vacunas y –gracias a los esfuerzos de legisladores progresistas y organizaciones– incluye un pago directo de 600 dólares a muchos estadunidenses.
No obstante, afirma que dada la enorme carencia económica que tantas familias trabajadoras están experimentando, en modo alguno (el paquete) está cerca de ser suficiente para lo que se necesita
.
Sanders censura al Partido Demócrata por su actitud capituladora en la negociación del paquete con los republicanos y, en contraste con el presidente Biden, que lo ha presentado como un modelo
de cooperación bipartidista señala: “Al llegar a este acuerdo, estamos sentando un mal precedente y preparando el escenario para un regreso a las políticas de austeridad, ahora que Joe Biden está por asumir la presidencia. El principal problema político de nuestro tiempo –enfatiza– es: ¿vamos a permitir a Mitch McConnel, al Partido Republicano, al Estados Unidos corporativo, que nos regrese a las políticas de austeridad, o vamos a construir una economía dinámica que trabaje para cada uno?
Sanders resume los esfuerzos legislativos en relación con la pandemia. Desde mayo hemos ido
de una asignación de 3.4 billones a una de 2.2, a otra de 1.1 hasta llegar ahora a 340 mil millones, escasamente el 10 por ciento de lo que los demócratas consideraban necesario originalmente y la mitad de lo que Trump y McConnell ofrecieron en pagos directos. Esto no es una buena negociación. ¡Es un colapso!
Una vez que se hizo claro que Biden ganó las elecciones –continúa el senador por Vermont– mis colegas legisladores republicanos comenzaron a hablar de su viejo amigo
el déficit. Pagos directos de mil 200 dólares por trabajador y 500 por sus hijos, ayuda fiscal a gobiernos locales y estaduales y más robustos beneficios de desempleo, se convertían –añade con sorna– en no lo podemos costear a causa del déficit
.
La ironía –apunta Sanders– es que ese mismo Partido Republicano preocupado por el déficit
es el que: aprobó 1.9 billones de dólares en beneficios fiscales para los más ricos a costa de la inmensa mayoría, gastó billones en guerras en las últimas dos décadas; aprobó la semana pasada –con apoyo demócrata añado yo, pues sólo 23 miembros de ese partido votaron en contra– un presupuesto para el Pentágono de 740 billones, el mayor en la historia del país, que supera los de las 10 naciones que le siguen sumados
; prodiga cientos de miles de millones en subsidios a la industria de combustibles fósiles destructora del clima; provee miles de millones a corporaciones rentables “que pagan salarios de hambre a sus trabajadores… apoyadas por los contribuyentes”. Y durante el debate de estas medidas, ¿recuerdan ustedes a alguno de mis colegas republicanos preguntar cómo se iba a pagar por ellas?
, continúa el texto de Sanders. Yo no, se responde. ¡Es pura hipocresía!
Al subrayar la generalización del desempleo, la pobreza, el hambre y la inseguridad habitacional, Sanders apunta que hay más necesidad económica en el país que en ningún momento después de la Gran Depresión. Razona que acometer la solución de cada uno de los problemas que tiene la clase obrera y reconstruir la infraestructrura del país costará dinero. Sentencia: en un momento en que crece el abismo entre los más ricos y todos los demás
los demócratas deben estar junto a la clase obrera.
Ojalá que se diera el milagro Bernie. Pero la historia de Estados Unidos enseña que sólo grandes movilizaciones pueden lograrlo.
Twitter: @aguerraguerra