Ejército de Etiopía atacó hace dos semanas la región
Cerca de 30 mil personas se han refugiado en Sudán, entre ellas 12 mil menores, alertó el organismo
Sábado 21 de noviembre de 2020, p. 34
Jartum. Al menos 2.3 millones de niños en la región etíope de Tigray, sumida en una guerra desde hace dos semanas, necesitan ayuda humanitaria debido al acceso restringido y al apagón continuo de las comunicaciones, que han hecho que este auxilio quede fuera de su alcance, alertó ayer el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Desde que estalló el conflicto armado, cerca de 30 mil personas han buscado refugio en Sudán, de las cuales 12 mil son niños, algunos de ellos sin padres o familiares, que se encuentran en peligro
, según las estimaciones del Unicef. De acuerdo con las autoridades sudanesas, 36 mil ya cruzaron hacia su territorio.
Se espera que más de 200 mil personas crucen la frontera en los próximos días y semanas, por lo que el apoyo adicional es crucial para que podamos satisfacer las crecientes necesidades
, alertó Henrietta Fore, directora ejecutiva del Unicef.
Las condiciones para estos niños son extremadamente duras
, destacó Fore, tras explicar que trabaja para brindar urgentemente el apoyo necesario para salvar vidas, incluidos los servicios de salud, nutrición, agua, saneamiento e higiene
.
Las cifras ya eran alarmantes antes de la escalada de la violencia, resaltó la directora, ya que unos 54 mil niños vivían en campos de refugiados en la región y 36 mil eran desplazados internos por desastres naturales y violencia armada.
Sin especificar dónde, el jefe de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, pidió desde Nueva York la apertura de corredores humanitarios para ayudar a los civiles atrapados en los combates y señaló que las autoridades hasta ahora han rechazado los intentos de mediación.
Tigray, una provincia secesionista del norte de Etiopía, es escenario de violentos combates desde que el primer ministro, Abiy Ahmed, premio Nobel de la Paz, inició el pasado día 4 operaciones militares contra el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés), que dirige la región, por atacar una base militar, y lanzó una operación de seguridad en su contra.
El gobierno aseguró ayer que tiene el control total de las localidades de Axum y Adwa, además de algunas zonas aledañas a Adigrat, como parte de su ofensiva contra el TPLF para capturar la capital regional, Mekelle. Las fuerzas rebeldes lanzaron cohetes hacia la capital de la vecina región de Amhara, señalaron las autoridades locales, lo que hace temer que el conflicto derive en una guerra.
Etiopía, una federación de 10 regiones étnicas, estuvo dominada durante décadas por los tigrayanos en una coalición gobernante liderada por el TPLF, hasta que Abiy, que es de ascendencia amhara y oromo, tomó el poder hace dos años.
El premier sostiene que su propósito es compartir la autoridad de manera más justa en el país, pero el TPLF lo acusa de aplicar reformas que violan los derechos humanos y pactan reconciliaciones con grupos armados, entre otras, además de lanzar una cacería de brujas contra sus dirigentes, que en muchos casos fueron apartados de sus cargos.
Cientos, quizás miles, de personas han muerto y decenas de miles de refugiados han huido de los combates en Tigray, lo que hace dudar que Abiy pueda mantener unida a una nación étnicamente diversa, reportó la agencia de noticias Reuters.