Los episodios de violencia extrema en los que se han visto involucrados varios niños en semanas recientes son producto del entorno de agresiones, pobreza y falta de oportunidades en el que muchos infantes viven, pero también del uso de sus cuerpos como un mensaje de intimidación por parte de grupos criminales y de una estrategia equivocada de seguridad pública por parte del gobierno, advirtieron organizaciones civiles especializadas en temas de niñez.

Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México, estimó que los casos de desaparición, tortura, asesinato y mutilación de niños y adolescentes ocurridos en la capital del país son parte de las estrategias de la delincuencia organizada para amedrentar a la sociedad y conseguir sus objetivos.

“El mensaje que mandan estos grupos criminales ha tenido mucha eficacia y es de control territorial. Es una amenaza directa a las fuerzas de seguridad, a los empresarios y a aquellos que pudieran ser sus rivales, y el mensaje es claro: ‘vamos por tus hijos’. Tocar con esa crueldad a los niños claramente es una amenaza pública y política”, subrayó.

Otro aspecto del fenómeno, declaró, es el reclutamiento de menores de edad por parte de esos mismos grupos criminales. Todo ello ha generado un clima generalizado de violencia en México en el cual cada mes ocurren en promedio siete homicidios de menores y siete desapariciones, además de que mil 200 pequeños van al hospital por lesiones en ese lapso.

Urge rescatar a menores

Tras lamentar que muchos de estos infantes y sus familias sean criminalizados por las autoridades, Pérez García consideró que una posible ruta de salida de esta situación es cambiar la estrategia de seguridad pública, sin basarla en la participación de las fuerzas armadas, y modificar el discurso mediático sobre el tema para no naturalizar la violencia ni exaltar los hechos criminales involuntariamente.

Por su parte, Nancy Ramírez, directora de incidencia política de la organización civil Save The Children, coincidió en que un paso importante para resolver este fenómeno es no caer en la normalización de hechos atroces, además de frenar la militarización de la seguridad pública, que ha aumentado los niveles de violencia hasta afectar a los más pequeños.

Este año hemos tenido seis asesinatos de niñas y niños en promedio, y todo esto deriva de instituciones que han sido incapaces de atender la violencia contra infantes desde los hogares y en las calles, y también de fortalecer la cohesión social y disminuir los niveles de pobreza, enfatizó.

Lo anterior, expuso la experta, está incidiendo en el aumento de casos de niñas y niños que son reclutados por el crimen organizado o que viven en familias que pertenecen a éste. La pobreza lleva a muchas personas a involucrarse en dichas actividades porque a veces son la única forma de sobrevivir. Es una serie de factores que nos están llevando a enfrentarnos como sociedad a situaciones inadmisibles.