Integrantes de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción de la Cámara de Diputados recibieron un expediente que contiene pruebas documentales de probables actos de corrupción por más de 500 millones de pesos en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (Uabjo). Las anomalías se desprenden de contratos con empresas de outsourcing, de las que se carece hasta de domicilio fiscal, uso discrecional de partidas presupuestales extraordinarias y falta de comprobación de gastos en los servicios personales.

En San Lázaro se consideró que la revisión de las nóminas y de los contratos con las firmas de outsourcing en esa casa de estudios se hará extensiva a la Secretaría de la Función Pública federal (SFP).

En un solo apartado del legajo de documentos se desprende que entre 2008 y 2014 las administraciones de Francisco Martínez Neri, Rafael Torres Valdez y Eduardo Martínez Helmes, al frente de la rectoría de la Uabjo, recibieron aportaciones extraordinarias de los gobiernos federal y estatal por 811 millones 648 mil pesos. De esa cantidad sólo ejercieron 448 millones y, del resto, 109 millones 11 mil pesos se utilizaron para engrosar los saldos de los estados de cuenta de la universidad, mientras 254 millones 159 mil se encuentran a la fecha sin solventar.

A esa anomalía se suma la operación financiera aplicada entre 2016 y lo que va 2020. En esos cinco años, se destinaron al pago de honorarios, vía outsourcing, 245 millones 650 mil pesos. El sindicato de la universidad ha solicitado una revisión y fiscalización a esos recursos.

En este caso de triangulación de pago de nómina se encuentran inmiscuidos el Corporativo en Servicios Integrales Nakser SA, Especialistas en Administración Kapao, SA y Corporativo Tuxame SA. En tales operaciones se encuentran los rectorados de Eduardo Martínez Helmes y el actual Eduardo Bautista Martínez.

La administración y control ac­tual de la Uabjo se remonta a Abraham Martínez Alavez, padre de Eduardo Martínez Helmes. Abraham Martínez fue prohijado por el ex gobernador Heladio Ramírez López, y le correspondió fundar el Sindicato Único de Maestros (Suma). De esa organización gremial surgió Eduardo Martínez, quien en escasos años llegó a ocupar la rectoría.

Las denuncias de corrupción y opacidad en la Uabjo comenzaron desde la administración de Francisco Martínez Neri (2004-08) y se repitieron con Rafael Torres Valdez (2008-12), Martínez Helmes y Eduardo Bautista ­Martínez.

Ahora, la denuncia por corrupción apunta a la administración actual de esa casa de estudios a cargo de Abraham Martínez Alavez, y que supera los 250 millones de pesos, pues autorizó contratos con empresas de outsourcing de dudoso origen.

La Auditoría Superior de la Federación ya había colocado sobre la mesa ineficiencias administrativas en la universidad oaxaqueña. En 2018 se auditaron los subsidios para Organismos Descentralizados Estatales, que alcanzaron a esa universidad los mil 11 millones de pesos, de los cuales se revisó una muestra de 935 millones 604 mil pesos.

Entonces se concluyó que 502 millones 850 mil pesos quedaban por aclarar en el rubro de remuneraciones a servidores públicos por concepto de sueldos, prestaciones no ligadas, prestaciones ligadas y estímulo a carrera docente. De esa cantidad no se presentó documentación comprobatoria por 366 millones.