os monumentos, estatuas y fuentes constituyen puntos de referencia en las ciudades, además de embellecer el entorno, porque suelen tener valor artístico. En la mayoría de los casos la gente no identifica a los personajes que representan, pero se vuelven íconos urbanos.
Pocas personas saben quién monta el célebre Caballito, obra del notable escultor Manuel Tolsá, y que se considera la segunda escultura ecuestre más bella del mundo. Después de la Independencia estuvo a punto de ser destruida, cuando se encontraba en medio de la Plaza Mayor, hoy llamada Zócalo. Por fortuna, Lucas Alamán los convenció de que era una obra de arte, aunque el jinete fuera un monarca español, cuyo nombre nadie recordaba, y se pasó al patio de la Universidad.
El ahora removido monumento a Cristóbal Colón, en Paseo de la Reforma, también rinde homenaje a dos frailes notables que dedicaron su vida a defender a los indígenas y tuvieron pleitos fuertes con los españoles que los explotaban. Pedro de Gante y Bartolomé de las Casas escribieron al rey en diversas ocasiones denunciando los abusos y exigiendo leyes que los protegieran y castigo para los explotadores.
Ambos hablaban náhuatl, Gante creó el Colegio Real de los Naturales, el de Niñas y estableció la primera escuela de artes y oficios, de donde salieron muchos de los carpinteros, doradores, canteros, herreros y demás artífices que realizaron muchas de las obras arquitectónicas y decorativas de la nueva ciudad española. Escribió en su lengua canciones religiosas para que se acercaran con gusto a la doctrina cristiana y siempre los protegió.
De las Casas emprendió una campaña para defender los derechos humanos de los indios; para dar ejemplo, empezó por renunciar él mismo a la encomienda que le había concedido el gobernador de Cuba y denunció a dicha institución como una forma de esclavitud encubierta en contra de los indios.
Sostenía que la única justificación de la presencia española en América era la evangelización, por lo que solicitó a la Corona reformar las Leyes de Indias, que habían demostrado su ineficacia para evitar los abusos. Logró que se modificaran y que se considerara a los indios como hombres libres que no podían ser esclavizados ni sometidos a trabajos agobiantes, la prohibición de crear nuevas encomiendas y la disolución de las de eclesiásticos y oficiales reales, que desafortunadamente poco se acataron. Fue obispo de Chiapas y publicó una serie de escritos críticos, entre los que se incluía la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, en que denunciaba los abusos de la colonización española.
Las otras dos esculturas representan a fray Juan Pérez de Marchena, prior del monasterio de la Rábida, que sostiene un compás en una mano; los frailes de ese convento, expertos en cartas de navegación, apoyaron la aventura del genovés. El otro es fray Diego de Deza, protector del navegante.
El monumento lo donó en el siglo XIX el acaudalado empresario porfirista Antonio Escandón. Contrató al escultor francés Enrique Carlos Gardier, quien cobró 20 mil francos por su realización que se llevó a cabo en París. En estilo renacentista italiano, los pedestales son de granito ruso y las cinco esculturas son de bronce. No hay que olvidar que la intención de Colón era encontrar una ruta corta para llegar a Asia y sin tener idea a dónde llegaba cayó en tierras americanas.
Ese accidente
dio lugar al surgimiento de nuevas culturas y razas. El proceso fue doloroso y brutal, en muchos casos, y dio lugar a la formación de este país al que llamamos México, cuya población es mayoritariamente mestiza. Milagrosamente sobreviven algunos pueblos originarios que, a pesar de la explotación, abuso y marginación que padecen hasta la fecha, conservan en sus culturas uno de los patrimonios más valiosos que tenemos.
Ojalá se pueda superar ese afán destructor y canalizar esa energía a mejorar la situación que viven los indígenas actuales a quienes supuestamente defienden. ¿Se han percatado de la cantidad de ellos que pululan por la ciudad cargando a sus pequeñitos, tratando de vender baratijas o pidiendo limosna? ¿Han visto las condiciones en las que viven en la Ciudad de México? Comencemos por ahí.