ería bueno que algún día se pongan de acuerdo, porque, sólo como ejemplo, el Fondo Monetario Internacional incrementó de 3 a 3.5 por ciento (abril y octubre, respectivamente) la perspectiva mexicana de crecimiento económico en 2021 y acotó la caída pronosticada para el presente año (de -10.5 a -9 por ciento, en cada caso), pero al mismo tiempo la calificadora Fitch Ratings enciende los focos rojos y considera que la recuperación de nuestro país se está desacelerando. ¿Por fin?

Sin duda, la economía mundial (y ahí cabe México) está en el hoyo, el más profundo en alrededor de un siglo, y para nadie es un secreto que salir de él resultará más que complicado, aunque no imposible, pero en nada contribuyen las señales contrapuestas que sin ton ni son lanzan organismos como los citados, que manejan cifras, análisis y perspectivas a su propia conveniencia o entender (cuando se supone que parten de la misma realidad), y mientras más alarmistas mejor para ellos.

La Cepal coincide con el pronóstico del FMI (9 por ciento de caída en el presente año), en el entendido de que la crisis que se vive es “la tercera mayor contracción de la actividad económica de México desde 1900, después de las caídas de 10 y 14.8 por ciento en 1914 y 1932, respectivamente), pero subraya que para contrarrestar el impacto negativo de la crisis sanitaria, el gobierno puso en marcha diversos instrumentos en materia económica y social, y los apoyos fiscales han sido equivalentes a un 1.1 por ciento del PIB sin contratar nuevo endeudamiento.

Hasta ahora, la única economía en el mundo que reporta números positivos es la china, con una proyección (FMI) de 1.9 por ciento de crecimiento en 2020 y de 8.2 por ciento en 2021. La estadunidense caerá alrededor de 5.3 por ciento y la canadiense 7.1 por ciento (el circuito T-MEC); en la zona euro el desplome será de 8.3 por ciento y en esta región los casos más complicados son España (-12.8 por ciento) e Italia (-10.6 por ciento). Entonces, claro está, el panorama es horroroso, pero en nada ayuda que unos hablen de recuperación, por modesta que sea, y otros videntes financieros griten que no hay remedio.

En vía de mientras, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico considera que, de inicio, México debe establecer sus sectores y cadenas de valor estratégicas ante el confinamiento que avanza en Europa por el Covid-19; es fundamental evitar un evento económico negativo como el registrado al inicio del año para contener a la enfermedad.

Para dicho instituto, la industria y la economía nacional requieren acelerar su proceso de recuperación, por medio de una estrategia fundamentada en la promoción de inversión productiva, la colaboración pública-privada, el establecimiento de una estrategia integral de política industrial que promueva el contenido nacional (lo hecho en México) y el incremento de la eficacia en la generación de valor agregado por parte del sector público.

La capacidad potencial de la industria nacional mantiene una tendencia a la baja, aunque parece que su ciclo económico ha tocado fondo, al menos a corto plazo. Con ello se puede anticipar que la industria podría comenzar a registrar tasas positivas de crecimiento en los primeros meses de 2021. No obstante, para que sean sostenibles se requiere un proceso de inversión con tasas superiores a 12 por ciento, porque de otra forma la desaceleración volverá a presentarse desde el último trimestre del próximo año.

Con la información más reciente, se puede observar que el ciclo industrial parece tocar fondo en agosto, dice el IDIC, y para hacer frente a los desafíos se requiere un acuerdo nacional que permita consolidar las estrategias de crecimiento y desarrollo de México, particularmente en un momento en donde la segunda oleada del Covid-19 avanza en Europa, así como el proteccionismo global.

Las rebanadas del pastel

De una vez por todas: ¿qué tal si la encuesta de desempate para elegir la dirigencia de Morena se lleva a cabo en la Arena México, catedral de la lucha libre?

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