Economía
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Banco de España prevé devastadora caída del PIB en nuestro país
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 8 de octubre de 2020, p. 22

Madrid. La crisis económica y sanitaria mundial provocada por la pandemia de Covid-19 tendrá consecuencias devastadoras en México, que sufrirá una caída del producto interno bruto (PIB) de 10.3 por ciento en 2020, según un informe elaborado por el Banco de España. La entidad augura, además, un decrecimiento del PIB en América Latina de 8.1 por ciento; sin embargo, también prevé una recuperación más rápida en los países con mayor apertura comercial, como México, Chile, Colombia y Brasil. En cualquier caso, la crisis será más grave que la registrada en los años 80 o la del bienio 2008-2009.

El banco central español emitió un informe en el que se interesa por la situación económica y financiera experimentada en América Latina en este año de pandemia, cuando el mundo ha sufrido una crisis global que ha tenido una evolución diferente según las regiones del planeta. Por ejemplo, de los llamados países o bloques emergentes, América Latina es la que peores cifras ha registrado, en gran parte por la alta concentración urbana, por la evolución de la propia pandemia y por las todavía insuficientes ayudas de los bancos internacionales para reactivar la economía o al menos mantener a flote el tejido empresarial y bursátil.

Una primera conclusión señala que “la actividad económica en América Latina se ha visto afectada de manera drástica por la crisis sanitaria global vinculada a la pandemia de Covid-19, que ha sido mitigada, en parte, por las actuaciones en materia de política económica tomadas por las autoridades nacionales y las instituciones multilaterales.

Respuesta no convencional

Las medidas presentan, en muchos casos, elementos nuevos respecto de crisis anteriores, al igual que en otras áreas geográficas, incluyendo, por primera vez en la región, el uso generalizado de instrumentos de política monetaria no convencional. A pesar de estas actuaciones, se produjo una brusca contracción de la actividad en el primer semestre del año (especialmente, en el segundo trimestre), de tal forma que América Latina registraría una caída del PIB en 2020 cercana a 8 por ciento, mayor que durante la crisis de deuda en los años 80 o la gran crisis financiera de 2008-2009, y notablemente superior a otras regiones emergentes.

En el caso concreto de México, la caída del PIB será de 10.3 por ciento, situándose así entre los peores descalabros de la región, si acaso superado por Perú (12.6 por ciento) y Argentina (11.8 por ciento). Entre los países con un decrecimiento más leve se encuentran Brasil, con 5.7 y Chile, con 6 por ciento. Entre los motivos por los que la pandemia afectó más a la economía mexicana se encuentra la alta dependencia en el sector turístico y la evolución de los precios de los productos manufacturados, como el petróleo.

Repunte de 3.6% en 2021

El informe del Banco de España señala: En el caso de México, la economía se contraería más de 10.3 por ciento en 2020, para remontar 3.6 por ciento en 2021.

En el año corriente, la mayor caída de la economía mexicana se encuentra vinculada a las medidas de cuarentena más restrictivas impuestas en este país en la primera mitad del año, frente a la aproximación más laxa de Brasil. Además, en este año y en el próximo la recuperación algo más vigorosa de este último país se explica, en parte, por sus mejores perspectivas de demanda externa, dados sus mayores vínculos comerciales con China, país que se espera que se recupere con más vigor que el resto de las principales economías, frente a México, más conectado con Estados Unidos.

A mediano plazo, en este escenario Brasil recuperaría a finales de 2022 el nivel del PIB anterior a la pandemia, mientras en esa fecha México todavía se encontraría por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019”.

El informe también señala que “las remesas –de gran relevancia para México– han resistido mejor de lo anticipado al principio de la pandemia, dada la caída en el empleo en Estados Unidos, principal emisor de aquellas, y en agosto alcanzaron un máximo histórico. Esta evolución ilustra la función contracíclica de las remesas en los países receptores”.