Los estallidos de rayos gamma (GRB, por sus siglas en inglés) son los eventos de altas energías más poderosos conocidos hasta el momento. En pocos segundos, uno emite tanta energía como toda la que despedirá el Sol durante toda su vida, miles de millones de años.

Lo anterior permite observarlos hasta épocas tempranas imposibles de rastrear, pues llegan hasta 10 veces más cerca en tiempo al origen del cosmos que cualquier otro trazador conocido.

En un nuevo estudio aceptado para ser publicado en The Astrophysical Journal Supplement Series, Nissim Fraija Cabrera y Xavier Hernández Doring, del Instituto de Astronomía de la UNAM, y seis colegas de diferentes países elaboraron una muestra estadística de más de 440 objetos de una clase particular.

Lograron identificar los detalles físicos por una fase extendida de emisión en rayos X, describiendo una particular clase de GRB que presentan una relación estrecha entre propiedades intrínsecas e independientes de la distancia, como la duración de la emisión constante en rayos X y el brillo intrínseco de la fase inicial en rayos gamma.

Lo anterior constituye un avance importante hacia el uso de estos fenómenos como trazadores de la dinámica del cosmos. Estos objetos están a distancias muy grandes, así que se puede estudiar el universo cuando era muy joven, y hace que los GRB sean bastante atractivos, señaló Fraija Cabrera.