La Habana. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, condenó ayer el historial de acciones terroristas contra la isla, en el 44 aniversario de la explosión en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación saboteada por los exiliados cubanos Luis Posadas Carriles y Orlando Bosch, que mató a 73 personas.

El crimen de Barbados fue un acto cobarde, asesino y cruel de terrorismo apoyado por el imperio (Estados Unidos). El pueblo cubano indignado lloró, pero también ratificó su convicción de soberanía, no se rindió y la revolución en pie es el peor castigo para los asesinos, tuiteó el mandatario cubano.

Debido a la pandemia de Covid-19 se suspendió la tradicional peregrinación al lugar donde se sepultaron los restos hallados en costas de Barbados de los pasajeros y tripulantes del vuelo 455 de Cubana que se dirigía a Jamaica con destino final en La Habana aquel 6 de octubre de 1976, indicó Cubadebate.

En el avión viajaban 57 ciudadanos de Cuba –entre ellos los 24 miembros del equipo nacional juvenil de esgrima–, 11 de Guyana y cinco de Corea del Norte.

Investigaciones posteriores confirmaron que los autores intelectuales fueron los antiscatristas Luis Posada Carriles (1928-2018) y Orlando Bosch Ávila (1926-2011), residentes en Estados Unidos y cabecillas de grupos extremistas protegidos por la justicia estadunidense. Ambos murieron impunes por este y otros atentados contra Cuba.

También se identificó como autores materiales a los ciudadanos venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano, ex agentes de la antigua dirección sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención del país sudamericano, quienes fueron arrestados en Trinidad y Tobago.

La representante permanente alterna de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas, Ana Silvia Rodríguez, recordó que el pueblo de la isla aún exige justicia por el atentado y denunció que Estados Unidos manipula el tema de los derechos humanos en la isla con el fin de subvertir el orden constitucional.

En su intervención en el debate de la tercera comisión del 75 periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, se refirió a cómo Washington, en clara violación al derecho internacional, financia agendas para subvertir y modificar a su antojo el orden constitucional cubano.

Asimismo, rechazó el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero en medio de la pandemia, lo cual dificulta los esfuerzos de Cuba para enfrentar la pandemia del Covid-19 y proteger la salud del pueblo, y confirma el carácter criminal y genocida de esa política.