En Guadalajara pujan por reabrir estadios
esulta que a los clubes siempre sí les importa el torneo Guardianes 2020. Que todo ha sido una confusión, una interpretación errónea, pues en realidad quitar el descenso y ampliar la liguilla a 12 equipos es, contrario a lo que podría parecer, para darle vivacidad a un certamen que por culpa de la pandemia no ha podido resplandecer tal y como fue diseñado en las juntas de inteligencia deportiva.
Después de 13 fechas de más sombras que luces, de tedio y bostezos frente al televisor, a las directivas les entró un desmesurado celo por el espectáculo y un compromiso irrenunciable para luchar con uñas y dientes por una de las 12 plazas a la liguilla. Nada ajeno a ello tiene importancia, ni siquiera la selección nacional, a la que incluso ven como un ente inoportuno que sólo desea estropearles su ambiciosa meta.
Pese a la oferta de un producto sobrevaluado, con apenas uno que otro partido agradable, como el América contra Pumas, y el eterno afán protagónico de los silbantes, Chivas y Atlas no titubearon en imitar a Tigres: quien quiera azul celeste, que le cueste. Si desean ver sus partidos que vayan a la televisión de paga. Así se trate de un ejercicio masoquista, como el que prometen los rojinegros, hasta ahora incapaces de abandonar el sótano de la tabla de cocientes.
En la actualidad el Rebaño Sagrado requiere con apremio de una afición de élite, no del populacho que lo encumbró. La directiva que encabeza Amaury Vergara tiene demasiados acreedores y debe generar dinero. Guadalajara y Atlas ya negocian también con las autoridades civiles tapatías para el regreso de la gente a las gradas. Les urgen los ingresos por taquilla y alistan los protocolos para el retorno.
La reapertura de estadios al público es un tema para abordarse con pinzas y antes que nada debe prevalecer la prudencia. Las autoridades sanitarias no dijeron no, pero tampoco un sí rotundo, y cedieron la responsabilidad principal a los dirigentes de futbol que esta semana definirán los pasos a seguir. En la capital del país habrá que esperar, no es momento de relajarse y de nuevo hay que poner atención a Europa, donde los rebrotes no cesan.
Gerardo Martino no se engancha con nadie, inteligente, impasible y claridoso respondió a los berrinches de Miguel Piojo Herrera, y prefiere dejar que se hagan bolas entre la dirección de selecciones y los equipos. A él que lo abastezcan y hará lo humanamente posible ante el coloso de los molinos de viento, ningún milagro. Total, el estratega argentino está muy consciente de que México no tiene visos de querer salir del segundo nivel
en el que él mismo lo ubicó con su ojo experto.
El show debe continuar y, por lo pronto, Hirving Lozano causó baja de la selección, pues el Nápoles tiene algunos jugadores contagiados de coronavirus, perdió en la mesa ante Juventus y el Chucky está en cuarentena, así que Orbelín Pineda entra al quite para el miércoles ante Holanda, choque que anticipa un trago amargo que devolverá al Tri a su realidad. Argelia, la tierra de los que sueñan con emular a Zizou y son campeones de África, tampoco es rival de fiar.
De nueva cuenta la nota agradable de la semana es Raúl Jiménez. El Lobo de Tepeji del Río brilla con luz propia en la Liga Premier, avanza con paso firme para convertirse en una de las máximas figuras históricas del Wolverhampton y ha hecho gran conexión con el público. La directiva valoró su entrega y arraigo, por lo que le extendió un importante contrato, mientras que él promete su mejor versión.
Un par de cabezas más rodaron esta semana. En Toluca, la de José Manuel de la Torre, y en Mazatlán, la de Francisco Palencia. Al Chepo, quien al parecer quiso replicar sin éxito el estilo de militar mal encarado de Ricardo Tuca Ferretti, se le descompuso el vestidor y llegó de interino Carlos Adrián Morales. Hernán Cristante y José Cardozo anhelan una segunda vuelta. Pero, ¿y qué tal si Morales resulta otro Lillini?
Parece que el Águilas-Pumas es el verdadero clásico. Hay rivalidad. El América debió remar a contracorriente y dos veces tuvo que alcanzar a los auriazules… A Herrera también se le está apagando el carisma y trascienden inconformidades en su plantilla de Guillermo Ochoa, de Sebastián Córdova… En cuestión de horas se define la suerte de Héctor Herrera, su destino depende de Diego Cholo Simeone.