Los hombres ¡NO! lloran
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ero violan, matan, traicionan, abusan, destrozan, mienten, abandonan. No todos, por supuesto. Con 11 mujeres muertas cada día en el país, hay que sumar a las justas demandas feministas la urgencia de estudios sobre victimarios. ¿De qué están hechos los maltratadores y los feminicidas? Es importante conocer su historia de rencores –quizá hacia sus propias madres–, que los hacen cultivar enojo y miedo a la mujer, a veces desde adolescentes, y que de adultos buscan víctimas para descargar sus frustraciones. Son hipótesis.
La sicoanalista argentina Marie Langer pensaba que la angustia de enfrentar a una madre fría o castrante puede generar una fantasía infantil que se expresaría así: Ya verás cuando yo sea grande y tú chiquita
. Es probable, entonces, que el feminicida descargue en su crimen el odio y la impotencia que guarda desde la niñez.
La antropóloga estadunidense Margaret Mead estudió en pueblos primitivos de Nueva Guinea cómo influyen las primeras experiencias orales en el amor y la violencia. En su obra Sexo y temperamento, Mead analiza sus hallazgos. Aquí una síntesis: Destaca, por ejemplo, que entre los arapesh, hombres y mujeres prodigan muchos cuidados a los hijos y los amamantan generosamente, como y cuando el niño desea. En esa tribu, el suicidio es desconocido. En cambio, entre los mundugumor, Mead observó que aunque las mujeres criaban a sus hijos, lo hacían con frialdad y rechazo; el suicidio era frecuente y el amor, como tal, casi desconocido. La sexualidad era encuentro de violencia mutua en la pareja, tal como el amamantamiento era una lucha entre la madre que daba el seno con enfado y el niño que quisiera devorarlo.
Estudios como los de Margaret Mead deben actualizarse para comprender el origen de la violencia masculina hacia las mujeres y el rol que ellas juegan como víctimas. En México es muy grave la ausencia de políticas públicas para fomentar la lactancia y los tiempos de madre disponible
para los niños. Según el Unicef, sólo uno de cada tres neonatos se alimenta de leche materna, que es fundamental para fortalecer el sistema inmunológico. Además, el contacto temprano con el pecho materno es indispensable para un sano desarrollo sicoafectivo y neurológico.
Para todos aquellos que sufren y hacen sufrir por su escasez materna.