Pese a la importancia que tiene la apicultura y que la miel natural es un alimento nutritivo que contribuye a una alimentación saludable, el sector carece de presupuesto etiquetado y de un área específica en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) que dé atención a este rubro, señaló Arturo Archuleta Zazueta, presidente del recién creado Consejo Regulador de la Miel (Creprom) y de Organismos Integrados de Apicultores de México (Oriamex).

Productos alterados causan obesidad y diabetes

En entrevista con La Jornada, indicó que en busca de soluciones a las problemáticas del sector, sobre todo la comercialización de mieles adulteradas o falsas que tienen presencia de jarabe de maíz o jarabe de alta fructuosa, que contribuye a aumentar la crisis de diabetes y obesidad existente en el país, se reunió con el subsecretario de alimentación de la Sader, Víctor Suárez, y legisladores titulares de las comisiones de agricultura y ganadería, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados.

Comentó que una de las funciones principales del Creprom será detectar la calidad específica de las mieles y hacer respetar normas oficiales mexicanas, tales como la NOM-004 SAG/GAN-2018, emitida a finales de abril pasado por la Sader.

Dicha NOM busca frenar la existencia en el mercado de mieles adulteradas, pues establece las condiciones que debe cumplir la producción y comercialización de miel de abeja.

Oriamex trabaja en cinco ejes para revivir a la apicultura y por ello propusimos una ley federal apícola y de protección a polinizadores para combatir a las mieles adulteradas.

De acuerdo con datos de la Sader la apicultura emplea a 43 mil familias y la producción anual de miel supera las 57 mil toneladas; México está entre los principales exportadores del producto.

Archuleta Zazueta remarcó que una práctica que tiene destruida a la apicultura a escala nacional es la presencia de mieles adulteradas o falsas, que se producen con jarabe de maíz o de alta fructuosa. Queremos que se acabe esta comercialización y el gran impacto que generan los azúcares ultrarefinados que tienen a la población al borde de la diabetes.